¿Qué es un objeto de confort?

La mayoría de nosotros tenemos dificultades para recordar nuestra infancia, pero muchos todavía pueden recordar que una manta o un juguete de peluche especial parecía tener todas las respuestas en el universo durante los primeros años de pañales, dientes nuevos y puré de ciruelas pasas. Esto es lo que la comunidad de bebés ahora llama un «objeto de confort». Alrededor de los 9 meses de edad, tu bebé puede comenzar a apegarse a un objeto familiar. Puede ser tan obvio como un osito de peluche o tan raro como un cepillo para el cabello. Pero cualquiera que sea el objeto de confort, su propósito es claro: este objeto aporta comodidad y seguridad a tu bebé ¡Piensa en él como un sustituto inanimado tuyo para el bebé!

¿Por qué necesita un objeto de confort mi bebé?

A medida que el bebé se vaya desarrollando intelectualmente comenzará a comprender su individualidad como persona. Este es un pensamiento grande y radical que entender, y cuando se vuelve abrumador, el bebé querrá sentirse tranquilo. Puesto que una de las cosas que está considerando es que no vas a estar disponible 24/7 para una sesión de abrazos y caricias, un objeto de confort podría ofrecerle el mismo calor protector.

¿Cuál es la vida útil de un objeto de confort?

Una vez que el bebé elige su primer objeto de confort, no hay forma de saber exactamente cuánto durará la relación. En promedio, los niños tienden a separarse de sus objetos de confort entre los 2 y 5 años, ya sea por desinterés gradual o por accidente. La única cosa con la que puedes contar es que, si el bebé lo pierde por accidente, es una tristeza definida y probablemente dramática.

¿Cómo puedo ayudar a mi bebé a seguir adelante?

Lidiar con la pérdida de un objeto de confort por mal uso o deterioro físico puede sentirse como el luto de un compañero. Una de las mejores maneras de ayudar a tu bebé para que esta situación no sea tan difícil y que su vínculo con el objeto no sea demasiado intenso, es establecer límites sobre cuándo y dónde puede jugar con su objeto de confort. Esto es mejor cuando el objeto es nuevo y antes de que se desarrolle una conexión más profunda. Además, lavar el objeto con regularidad no sólo lo mantendrá higiénico, sino que también evitará que el bebé se apegue demasiado al olor del objeto. Una vez que el objeto se pierda, puedes ayudar a tu bebé contándole una historia sobre dónde fue el objeto, o alentarlo a apegarse a otro objeto.

Conclusión

Tener un objeto de confort es completamente normal, y saludable – ¡y los bebés no son los únicos que tienen objetos de confort! Así como tú puedes sentirte incompleta sin tu teléfono, gafas de sol favoritas, u otra cosa, tu bebé también puede sentirse incompleto sin su osito de peluche – todo es cuestión de confort.

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