Cosas que sabes ahora que desearías haber sabido hace 4 meses

Tu pequeñín sigue creciendo a un ritmo asombroso, y aunque no sea tan obvio, has estado creciendo también. Tienes 4 meses más de experiencia con bebés que antes que naciera tu peque y aunque a veces parezca que no ha pasado nada de tiempo, y todavía estás empezando, sabes más que toda una enciclopedia sobre tu bebé específicamente, sus necesidades y sus interacciones con el mundo. Ese conocimiento no llegó de una sola vez, pero ¿no habría sido mucho más fácil si lo hubiera hecho? Aquí hay cuatro cosas que estos meses te han enseñado que podrían haberte quitado algo del miedo o algo de la diversión de los primeros 4 meses con tu bebé si no hubieras tenido que resolverlo por tu cuenta.

  1. Tu tesorito siempre está cambiando
    Claro, sabías que los bebés crecían rápido, y que esos pequeños y diminutos dedos de las manos y de los pies no se quedaban muy pequeñitos durante mucho tiempo, pero puede que no supieras que crecer no era la única manera que tu bebé iba a hacer que te mantuviera adivinando, en cuanto a su aspecto. Específicamente, puede que no supieras cuán extrañamente y fuera de horario tu bebé iba a empezar a mostrar un parecido familiar. Tal vez tu hijo se veía como una perfecta división de tus genes y los de tu pareja desde la primera vez, pero muchos bebés se ven más como, bueno, bebés que como cualquiera que conozcas cuando ves sus caritas por primera vez.
    Otros tienen una tendencia a parecerse a uno de los padres y no al otro de inmediato, pero sólo porque tu chiquitiín puede que no haya salido con tu nariz, o los ojos de tu pareja, eso no significa que el parecido no empiece a aclararse cada día, ya que crecerá y cambiará ante tus ojos. Después de todo, no hay forma de que sepas que la sonrisa de tu pequeñín curva en exactamente el mismo ángulo que la tuya lo hace hasta el día en que te sonría por primera vez.
  2. Llanto de tu bebé
    A estas alturas, ya has oído suficiente del llanto de tu bebé para que te dure toda la vida, y aunque definitivamente no es tu parte favorita de ser padre, ya no se siente como un regaño incomprensible de tu recién nacido. A estas alturas, ya tienes una idea de lo que muchas de las cosas que hacen que llore y lo que significan algunos de esos llantos. Ya sabes cuando tu bebé está cansado, hambriento o necesita que le cambien el pañal, y de vez en cuando hay momentos en los que puedes anticipar que tu pequeño rayo de sol se prepara para un bonito y largo llanto, y sabes exactamente lo que necesitas para detener ese grito en su camino. ¡Superpadre al rescate!
  3. Alimentación frenética
    Alimentación ya sea a través de la lactancia materna o del biberón es, en muchos sentidos, una serie de momentos especiales, experiencias de vinculación y una de las primeras maneras en que se enseña a tu pequeñín que siempre estarás ahí. También es más difícil de lo que parece. A pesar del hecho de que, de todas las cosas que tu bebé necesita aprender sobre el mundo, comer debería ser la única cosa que viene naturalmente, muchos bebés, tanto los que toman biberón como los que son amamantados, tienen un poco de curva de aprendizaje antes de que se metan en la rutina de alimentarse por sí mismos. El período de ajuste a la comida que le toma a tu chiquitín pueda ser la más difícil que has tenido desde cuando era tu turno de averiguar cómo alimentarte.
  4. Tu tesoro es fuerte
    Es difícil mirar hacia al bebé que acabas de dar a luz y no maravillarte de lo chiquito y frágil es su cuerpo pequeño, y eso no es algo malo – tu chiquitín es pequeño y frágil, y es bueno ser consciente de ello. Por otro lado, sin embargo, a estas alturas, a los 4 meses de tu aventura paternal, probablemente estés empezando a tener la sensación de que tu bebé no es tan frágil como parecía al principio. Tal vez no has tenido ganas el seguir la cronología de los libros para conseguir que tu peque duerma toda la noche, pero eso no significa que nunca dormirá. Tal vez el accidente ocasional de cambio de pañales lleva a que tu bebé se tome un baño un poco más a menudo de lo que se recomienda, o tus suegros tienen el hábito de darle juguetes inapropiados para la edad. Eso no significa que tu bolita de amor no va a crecer tan feliz, saludable, inteligente y fuerte como puede serlo. Tu chiquitín es lo suficientemente fuerte como para resistir todo esto y más, y a estas alturas ya sabes que debes respirar profundamente, hacer lo mejor que puedas y retirar cualquier parte pequeña y digerible de esos juguetes para niños pequeños que no son apropiados para su edad.
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