¿Cuándo empiezan los bebés a preocuparse por los sentimientos de los demás?

¿A qué padre no le gusta hacer reír a su bebé? Sin embargo, no todas las risas se crean igual: es mucho más divertido hacer a tu bebé reír haciendo caras graciosas que provocar un ataque de risa resbalando, cayendo y golpeando el codo en la esquina de una mesa al bajar. No importa cuán grande sea el sonido de su risa, hay ciertas situaciones en las que oírla puede herir tus sentimientos.

Ahora, en el caso de las risas de tu chiquitín por tu resbalón y caída, hay un par de preguntas diferentes que surgen. Primero, ¿cuándo desarrollará un sentido del humor más sofisticado? Eso puede llevar un tiempo, hay gente que nunca deja de pensar que el humor bufón es divertidísimo. La otra pregunta, sin embargo, «¿cuándo comenzará mi bebé a preocuparse por mis sentimientos?» tiene una respuesta más compleja.

Los ingredientes correctos

Preocuparse por los sentimientos de los demás puede parecer que debería ser instintivo, pero en realidad, hay unos pocos ingredientes realmente importantes y complejos que entran en el cariño real. El hecho de que muchos niños empiecen a mostrar signos de empatía a tan temprana edad -algunos ya desde el año- solo demuestra lo rápido que los niños pequeños crecen y cambian.

Un sentido de sí mismo

Antes que tu bebé pueda preocuparse por cómo se siente otra persona, tiene que entender lo que es la idea de «alguien más», es decir, tu peque necesita desarrollar la comprensión de sí mismo como un individuo que vive en el mundo con otros individuos. Algunos estudios, incluido un estudio de 2013 publicado en Current Biology, sugiere que los bebés tienen algunos fundamentos para este sentido del yo de recién nacidos, pero otras escuelas de pensamiento sugieren que un sentido del yo más sólido a menudo se desarrolla más tarde, en algún momento entre los 6 meses y un poco más de un año de edad, con la creciente comprensión de la permanencia de los objetos y un posible desarrollo de la ansiedad por separación.

Comprensión de las emociones y la causa y efecto

Un paso importante en su camino para preocuparse por los sentimientos de los demás es entender lo que son los sentimientos. Tu pequeñín está todavía en las primeras etapas de aprendizaje de cómo hablar, pero eso no hace que sea demasiado pronto para empezar a hablarle sobre lo que podría estar sintiendo basado en lo que está pasando en su vida, o lo que tú podrías estar sintiendo. Sin embargo, más importante que conocer las palabras de las emociones es entender los conceptos básicos de causa y efecto, que los bebés empiezan a captar por sí mismos a medida que continúan explorando el mundo de diferentes maneras. Muchos bebés empiezan a interesarse más por la causa y el efecto en la segunda mitad de su primer año, explorando tirando cosas, dejando caer cosas y jugando con juguetes que hacen ruido. Los bebés pueden empezar a mostrar un instinto para reflejar las emociones que les rodean a una edad muy temprana -llorando cuando oyen o ven llorar a alguien más, por ejemplo- pero una preocupación más complicada sobre cómo podría sentirse alguien basada en algo que le ha ocurrido viene acompañada de una comprensión más desarrollada de la causa y el efecto.

Una tendencia a la amabilidad

Si bien es cierto que la amabilidad puede desarrollarse bajo cualquier condición, también es cierto que los niños pequeños aprenden la manera de reaccionar de las personas en sus vidas. Si tu chiquitín ve la preocupación por los sentimientos de otras personas, y por la suya como una parte rutinaria de la vida de tu familia, tu peque es mucho más probable que refleje eso de vuelta de la manera en que actúa alrededor de otras personas, pero esta reflexión toma tiempo en desarrollarse.

Cómo ayudarle a desarrollar la empatía

Tu pequeñín está aprendiendo sobre la empatía todos los días con solo mirar el mundo que le rodea y la gente que está en él, pero eso no significa que no haya formas de ayudarle en su camino hacia una mayor comprensión empática.

  • Nombra los sentimientos: Por ejemplo, cuando algo te hace sentir triste, emocionado, enojado, feliz o molesto, dile a tu pequeñín sobre ello. No solo el sentimiento, sino también la razón de ello. «Creo que vamos a llegar tarde, y eso me pone nerviosa». Tu pequeñín puede que no entienda todo lo que estás diciendo, pero le ayudará a empezar a entender el marco de causa y efecto en lo que se refiere a las emociones. También puedes ofrecerle palabras para sus propios sentimientos («¿Te molesta cuando te digo que es la hora del baño?») y especular sobre los sentimientos de los demás («¿Crees que hace feliz a la abuela cuando la llamamos para decirle ‘feliz cumpleaños’?»). Esto ayudará a darle a tu chiquitín palabras para las emociones y también ayudarle a hacer las conexiones entre sus los propios sentimientos y los de otras personas.
  • Modelar la amabilidad: Más importante que lo que le dices a tu pequeñín, sin embargo, es la forma en que tú y otras personas actúan a su alrededor. Tu chiquitín está aprendiendo más y más cada día, pero tú y las otras personas importantes en su vida tienen un enorme efecto en lo que tiene para aprender. Tratar a tu pequeñín con cortesía y respetar sus sentimientos, y dejar que te vea tratar a otras personas con la misma amabilidad y respeto puede enseñarle mucho sobre cómo ser una persona empática que piensa en los sentimientos de los demás.
  • No ofrezcas recompensas: Algunas investigaciones sugieren que las personas a las que se les ofrecen recompensas externas por buenas acciones, como las donaciones caritativas, pueden hacer que esas personas sean menos propensas a querer hacer esas cosas buenas, por lo que ofrecerle a tu chiquitín una recompensa por tomar turnos, o compartir amablemente, podría tener el efecto opuesto en poco tiempo. Más que eso, no obstante, una parte importante de preocuparse por los sentimientos de otras personas viene de querer hacerlo, y sentir que los sentimientos de otras personas son importantes, y eso es algo que tu bebé solo puede encontrar dentro de sí mismo.

Los bebés crecen y cambian cada día, y sus sentimientos y reacciones emocionales crecen con ellos. No hay una regla rígida para cuando tu peque comenzará a preocuparse por los sentimientos de otras personas, pero hay una buena posibilidad que llegará en algún momento entre un año y tres años de edad. Aún con un creciente sentido de empatía, tu pequeñín todavía puede reírse un poco si te tropiezas.

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