¿Ya llegamos? Prepararse para largos viajes en automóvil con un niño pequeño verbal

Salir a la calle con un bebé pequeño cuyos días se pasaban mayormente durmiendo puede no haber sido un gran desafío, aunque puede haber habido algunos momentos difíciles. Sin embargo, el camino puede parecer interminable con un niño pequeño que es cada día más verbal.

Aún así, hay lugares a los que ir y gente a la que ver, y tu chiquitín se beneficiará de la aventura, y con un poco de suerte, tú también podrás. Aquí hay algunos consejos para afrontar un viaje por carretera sin sentir que te quedas sin nada.

Haz tu investigación

Planificar el viaje en sí mismo es solo el comienzo. Mucho antes de que te vayas, es importante empezar a planificar tu viaje. Es una buena idea hacer paradas cada pocas horas, así tu pequeñín podrá estirar sus piernas, que puede ser algo a tener en cuenta cuando se piensa en diferentes rutas. Busca áreas que tengan algo para los niños, como un parque o un poco de césped, o restaurantes con áreas de juego. Esto le permitirá despejarse un poco después de estar encerrado en el automóvil.

La seguridad es lo primero

Los padres quieren que sus hijos estén cómodos en el automóvil, pero es más importante asegurarse de que estén seguros. Antes de salir, comprueba que el asiento de seguridad esté instalado de acuerdo a las instrucciones del manual. Si no estás segura de que el asiento de seguridad esté instalado correctamente, o si vas a cambiar de tamaño, alguien de la estación de bomberos podría ayudarte con la instalación, aunque no todos los bomberos están entrenados en la instalación de asientos de seguridad. También puede ser útil investigar las leyes de los diferentes estados por los que viajarás. Mientras que algunos permiten que los asientos de seguridad estén orientados hacia adelante a la edad de 1 año, otros requerirán asientos orientados hacia atrás hasta la edad de 2 años, por razones de seguridad. También es importante asegurarse de tener un plan de asistencia en carretera en caso de emergencia y de llevar un cargador extra para el automóvil para que el teléfono esté listo para usar en todo momento.

Empaca las meriendas

Lo último que querrás en un viaje largo es oír «¡hambre!» desde el asiento trasero y no tener un bocadillo que ofrecer. Empacar unos cuantos de los bocadillos saludables favoritos de tu bebé, y luego doblar la cantidad habitual que normalmente comería durante el tiempo en que viajará es una gran manera de prevenir ese escenario. No podrás predecir cosas como atascos o desvíos, así que es mejor tener un poco de comida extra a mano por si acaso. Las galletas, los frutos secos y las bolsas de bocadillos se empacan fácilmente, se conservan durante mucho tiempo y son grandes compañeros de viaje.

Mantener ocupado

Puede ser tentador empezar un DVD o entregar el iPad, pero como a esta edad no se recomienda un tiempo de pantalla prolongado, es una buena idea tener otros materiales a mano para ayudar a pasar el tiempo. Páginas para colorear, libros de pegatinas y un juego para hacer garabatos de tamaño de viaje entretendrán a tu chiquitín sin darle la oportunidad de hacer un desastre con el automóvil.

Ofrecer premios

A medida que tu pequeñín se vuelve más verbal, probablemente querrá pasar parte del viaje charlando contigo. Anima a que use sus palabras mientras viajan pidiéndole que identifique objetos que ve por la ventana. Empaca una «bolsa de recompensas» llena de juguetes especiales y golosinas para ofrecerle como un premio.

La idea de un largo viaje con un niño pequeño puede parecer desalentadora, pero si lo planeas con anticipación, es probable que evites cualquier obstáculo importante. ¡Buen viaje!
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