Los niños pequeños y la comida chatarra

La comida chatarra es conveniente y barata, y puede ser muy divertida. Por desgracia, para la dieta de un niño suena como: chatarra. El estadounidense promedio obtiene aproximadamente el 30% de sus calorías de la comida chatarra, y mientras se la coma raramente u ocasionalmente, está bien, pero asimismo, también es importante que su niño reciba las vitaminas y minerales esenciales de una dieta bien equilibrada.

¿Qué es exactamente la comida chatarra?

Ciertos alimentos chatarra son más claramente » chatarra» que otros. Por ejemplo, los dulces, soda y patatas fritas, son obviamente comida chatarra. Pero los alimentos como el queso procesado, el pan blanco y las carnes procesadas son un poco más difíciles – muchas personas los ven como alimentos básicos de la dieta, pero no son saludables. En general, la comida basura es cualquier alimento que tiene al menos uno de los siguientes:

  • Altas cantidades de aditivos químicos
  • Bajo valor nutricional
  • Lotes de procesamiento
  • Grandes cantidades de grasa, sodio, azúcar o todo lo anterior

El problema con la comida chatarra

Los niños que consumen regularmente comida chatarra están en mayor riesgo de tener una serie de efectos negativos sobre su salud, como obesidad, caries, sueño deficiente y niveles de energía que suben y bajan constantemente, entre otras más. También son menos propensos a comer suficientes frutas y verduras, y más propensos a desarrollar patrones de alimentación poco saludables que los siguen hasta la edad adulta. A esta edad, los niños pequeños también son demasiado jóvenes para comprender plenamente las repercusiones de comer comida chatarra durante todo el día, lo que le deja a los padres la responsabilidad de hacerles cumplir una dieta sana y equilibrada.

Comida chatarra y la infancia: Consejos y trucos

A medida que su niño crece y coma una variedad más amplia de alimentos, probablemente va a necesitar establecer reglas sobre la ingesta de comida chatarra de su niño. Muchos padres luchan con esto; ciertamente no ayuda que la comida chatarra se comercialice de tal manera que parezca casi irresistible para los niños pequeños y también para los adultos. Sin embargo, afortunadamente, hay algunas cosas que los padres pueden hacer para limitar el consumo de comida chatarra en sus niños pequeños.

  • No compre alimentos que no desea que su niño coma. Esto hará que sea mucho más fácil para usted, resistir esa mirada de cachorro trsite que su niño puede hacer para pedir una galleta extra.
  • No use alimentos chatarra como una recompensa por comer alimentos más saludables. Es comprensible que los padres recurran a medidas como éstas, pero esto sólo refuerza el concepto de alimentos buenos y malos, y hace que los alimentos «malos» sean aún más tentadores.
  • No compre alimentos bajos en grasa sólo porque tienen menos calorías. Los alimentos con grasa entera mantienen a los niños más llenos por períodos más largos de tiempo, y ofrecen grasas esenciales necesarias para el desarrollo del cerebro. Por ejemplo, se recomienda que los niños beban leche entera hasta los 2 años. Además, hay investigaciones que sugieren un vínculo entre los alimentos bajos en grasa y la obesidad.
  • Deje que su niño rechace los alimentos. Si su niño se niega a comer o a terminar su comida, cúbrala y póngala en el refrigerador para cuando el/ella tenga hambre más tarde. Dejarlo que decida cuando está lleno, le enseña a escuchar las señales de hambre de su propio cuerpo, lo que puede ayudarlo a evitar de caer en el hábito de comer más en el futuro.
  • Sirva algunos alimentos que usted está seguro que a su niño le gustan en las comidas. De esta manera el/ella tendrá algunos alimentos para disfrutar, incluso si el/ella no quiere comer otros alimentos en su plato
  • Compre alimentos enteros y frescos siempre que pueda, incluyendo frutas y verduras frescas y lácteos, carne y granos sin procesar ni empaquetados. No siempre es posible para las familias ocupadas, pero incluso cambiar una comida preparada por algo hecho con ingredientes frescos cada semana, puede ser un gran comienzo para mejorar la salud de toda la familia.
  • Revise las etiquetas nutricionales de los alimentos antes de comprarlos. Los alimentos con azúcar añadido, incluyendo jarabe de maíz y jarabe de arroz, y otros aditivos como benzoato de sodio y glutamato disódico o monosódico, aceites hidrogenados y grasas trans deben evitarse tanto como sea posible.
  • Involucre a su niño en la cocina. Su niño pequeño puede hacer trabajos apropiados para su edad, como mezclar comida o rociar especias, y cocinar comidas saludables juntos puede ser una gran manera para que los dos se diviertan. Los niños pequeños que han ayudado (o «ayudado») a preparar una comida, pueden ser más propensos a estar entusiasmados con su consumo, y los dos pueden estar orgullosos de sus creaciones.

La comida chatarra: Los padres lo saben mejor

Es difícil para cualquier padre resistir los avances de su hijo pequeño hacia el pasillo de los aperitivos y snacks, y para algunos padres, es casi imposible. Pero mientras su niño pequeño sea tan joven, es su responsabilidad ayudarlo a probar y a aprender a disfrutar de una variedad de alimentos nutritivos. Esto los prepara para los hábitos alimenticios saludables en el futuro, y ayuda al cuerpo de su niño a crecer y desarrollarse de la manera que cada niño debe.


Fuentes
  • “Toddlers at the table: Avoiding Power Struggles.” KidsHealth. The Nemours Foundation, 2016. Web.
  • Laura Markham. “Feeding your toddler.” AhaParenting. Dr Laura Markham, 2016. Web.
  • Maya W. Paul, Jeanne Segal Ph.D., and Lawrence Robinson. “Healthy Food for Kids.” HelpGuide. Helpguide.org, May 2016. Web.
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