Los padres de los niños pequeños aprenden desde el principio que es importante escoger sus batallas, pero saber qué batalla elegir puede ser complicado, especialmente con la forma en que los niños a veces logran hacer miles de juegos y actividades en un día. Elegir dónde mantenerse firme y dónde dejar que las cosas pasen, es algo que todos los padres aprenden a través del ensayo y el error mientras aprenden a conocer mejor a su hijo, pero hay algunos tipos de comportamiento que generalmente valen la pena prestar atención.
Cambios de humor intensos y duraderos
Sin duda alguna, el estado de ánimo de la mayoría de los niños pequeños cambia con más frecuencia que cuando el viento cambia de dirección, pero un cambio general en el estado de ánimo, cuando de repente un niño inquieto y activo se vuelve tranquilo o calmado por semanas o meses, eso podría ser un signo de un problema. Esto es especialmente cierto si el cambio en el estado de ánimo no coincide con los cambios normales de desarrollo. Incluso los bebés más felices y fáciles de llevar pueden convertirse en niños que tienen un ataque de rabietas alrededor de un año y medio de edad, y esto es una parte normal y saludable del desarrollo. Todo el mundo tiene estados de ánimo que cambian, pero un cambio más serio en el estado de ánimo puede ser una señal de que algo más podría estar pasando, ya sea por estrés, o por algo más grave. Si le preocupan los cambios en el estado de ánimo de su niño o si ha notado sentimientos particularmente intensos o cambios en el comportamiento, consulte con su pediatra o médico de familia.
Juego duro con otros niños
De una manera muy básica, es su responsabilidad como padre o cuidador evitar que su pequeño maltrate a sus amigos y compañeros de juego. Más que eso, mientras que el juego duro es una parte totalmente normal del desarrollo de muchos niños pequeños, también lo es aprender a jugar más suavemente y aprender a tener preocupación por los sentimientos de otros niños. Cuando un niño pequeño juega bruscamente, o empuja o golpea a otros niños, puede ser una oportunidad de enseñarle mejores maneras de jugar y relacionarse con otros niños.
Aguantar la respiración
Si un niño mantiene su respiración hasta que se desmaya, el/ella debe ser evaluado por un médico la primera vez que sucede, ya que puede confundirse fácilmente con una convulsión. Episodios como este generalmente no son más que una forma para que un niño pequeño pueda ejercer un poder sobre una situación, pero al menos por la primera vez, es buena idea que un pediatra le eche un vistazo para asegurarse de que no hay nada más influyendo. Usualmente, la mayoría de los niños crecen con esa destreza de aguantar la respiración por lo menos hasta que tienen alrededor de 5 años.
Fuentes
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