Two people sit on a couch, their faces out of view, holding hands.
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La lactancia materna y su deseo sexual

Algunas conexiones son obvias, como la relación entre el estómago lleno de tu bebé y sus pequeños gorjeos de satisfacción, mientras que otras, como la relación entre sus ojos muy abiertos mirándote y sus habilidades lingüísticas posteriores, pueden parecer un poco más confusas. La conexión en tu propio cuerpo entre amamantar y tu deseo sexual probablemente se encuentre en algún punto intermedio. Durante las últimas décadas, se han realizado investigaciones dispersas sobre cómo amamantar afecta a la libido de la madre, pero la conexión sigue siendo difícil de determinar y varía mucho de una persona a otra.

Efectos hormonales

Uno de los efectos más evidentes que puede tener amamantar es el efecto sobre las hormonas de una nueva madre. Después de dar a luz, y en preparación para amamantar, el cuerpo comienza a producir una mayor cantidad de las hormonas oxitocina y prolactina, y una menor cantidad de las hormonas estrógeno y progesterona de lo habitual. Este cambio hormonal puede tener una variedad de efectos diferentes que pueden influir en el deseo sexual, entre ellos:

  • Aumento de la oxitocina: El aumento de los niveles de oxitocina que acompaña al amamantar puede afectar a la libido de muchas maneras. Es una hormona clave para el vínculo materno-niño/a, que es crucial durante este periodo. El efecto más visible del aumento de la oxitocina es el reflejo de eyección de leche, que puede ser causado por el orgasmo y provocar goteando leche en los momentos íntimos.
  • Disminución del estrógeno: La disminución de la cantidad de estrógeno en el cuerpo durante el amamantant, y especialmente antes del primer período menstrual después del nacimiento, se ha relacionado con una disminución del deseo sexual y un aumento de la sequedad vaginal, lo que puede hacer que las relaciones sexuales sean incómodas.

Es cierto que, durante el amamantant, muchas mujeres experimentan una disminución o ausencia del deseo sexual, pero no todas las mujeres que amamantan experimentan una disminución del deseo sexual. Hay una amplia gama de lo que se considera normal, y encontrarás compañía sin importar dónde te encuentres en ese espectro. Al igual que en otras áreas del embarazo, el nacimiento y la recuperación posparto, el cuerpo de cada mujer es diferente y tendrá reacciones únicas e individuales a estos importantes cambios en la vida.

Efectos relacionados

Amamantar definitivamente no es lo único que puede afectar el deseo de sexo de una nueva madre. El cansancio es un factor importante en la disminución del deseo de sexo, y amamantar puede aumentar la fatiga, especialmente si eso significa que tú eres la responsable de la mayoría de los despertares nocturnos. El aumento de las tareas domésticas y la carga mental pueden cambiar la forma en que vemos a nuestra pareja y la relación en general. También se ha demostrado que la depresión posparto y la tristeza posparto tienen un impacto significativo en la libido posparto.

La verdad es que cuidar de un recién nacido es agotador de formas que quizá nunca habías imaginado, y este cambio puede afectar a tu vida y a tu estado de ánimo de muchas maneras diferentes, tanto dentro como fuera del dormitorio.

Para muchas personas, la libido vuelve a medida que mejora el sueño o cuando se empieza a dejar de amamantar. Hasta ese momento, es muy útil mantener una comunicación abierta y honesta con tu pareja sobre otras formas de intimidad. Es fácil sentir que la disminución del sexo es un rechazo, pero todas las parejas deben comprender este cambio drástico en la vida.

Pero también es importante saber que el embarazo, el nacimiento y la crianza pueden afectar por sí solos el deseo sexual. Es normal sentir cosas diferentes con respecto al sexo y que la vida sexual cambie. Una vez más, la comunicación y tratar de evitar las culpas pueden ser de gran ayuda para encontrar una nueva normalidad.


Fuentes
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