Tres enfermedades que afectan el sueño de un bebé

Los bebés y el sueño no siempre se llevan bien en el mejor de los casos, pero cuando una enfermedad lanza un desafío inesperado a su manera, los bebés y el sueño pueden terminar ni siquiera en términos de hablar hasta que la enfermedad ha seguido su curso. Hay algunos culpables comunes, sin embargo, y algunas cosas que los padres pueden hacer para ayudar a evitar que la enfermedad obstaculice el sueño de su bebé.

Reflujo

Todos los bebés tienen reflujo, que es en su mayoría sólo una palabra elegante para decir escupir. Después de que los bebés comen, la leche se remonta al esófago. Esto sucede porque las estructuras que mantienen el alimento dentro de un estómago maduro después de comer todavía están flojos, y la leche que debería estar segura en la barriguita del bebé, le es más fácil devolverse. Para algunos bebés, especialmente los bebés con bajo tono muscular, el reflujo puede ser más irritante, o puede comenzar a interponerse en el camino de la alimentación y el sueño. El reflujo más grave a veces se conoce como reflujo gastroesofágico, o GER. Si el reflujo comienza a interferir con el sueño del bebé, a menudo es útil hablar con su pediatra, quien puede tener sugerencias o incluso recetarle una medicación. Sin embargo, también hay algunas formas de ayudar a tu bebé con el reflujo desde casa:

  • Eructar con frecuencia: La mejor manera de minimizar el reflujo es hacer que tu bebé eructe después de alimentarse. El eructo libera el aire que se traga durante las comidas. Cuando ese aire no se libera, y se queda en el estómago, se acumula para crear una gran cantidad de presión, lo que puede ser incómodo. El aire entonces intenta escapar moviendo el esófago y la garganta otra vez, trayendo la leche y el otro contenido del estómago junto con él. Al eructar, usted puede ayudar a aliviar esa presión antes de que llegue demasiado alto.
  • Manteniendo a tu bebé derecho después de alimentarlo: Al mantener a tu bebé en tus brazos, o en un cochecito o en un portador durante 30 minutos a una hora después de una sesión de alimentación, dejará que la gravedad le ayude a su estómago a permanecer donde debe.
  • Ofrecer un chupo: Algunos padres encuentran que ofrecer a sus bebés un chupo a la hora de acostarse, les permite ser capaces de escupir hacia abajo, y quedarse dormidos.
  • Siestas en un cargador de bebé: Muchos bebés con reflujo se sienten mejor cuando se mueven, o cuando están en los brazos de sus padres. Si bien es bueno encontrar algo que puede ayudar con el reflujo, estas estrategias no son fáciles de hacer para los padres durante el día. Durante la siesta, una forma de evitar esto, es poner a tu bebé en un cargador de bebés. Esto no soluciona la hora de acostarse, pero si durante el día, puede ser de gran ayuda mantener a tu bebé cargado en contacto con tu cuerpo, y, aún más si se están moviendo.

El reflujo puede ser difícil para cualquier nueva familia, pero al final pasa por su cuenta, y tiende a alcanzar su pico alrededor de los 4 meses de edad.

Infección en el oído

Las infecciones del oído están entre las razones más comunes para ir a visitar a un pediatra. Las infecciones del oído se tratan a menudo con antibióticos, pero incluso después de que los antibióticos se han prescrito, puede tomar algunos días para que alivien el dolor. En otros casos, un pediatra podría recomendar ver si la infección lleva su propio curso, y ​​en estos casos, tener formas de lidiar con el dolor es una clave para el éxito a la hora de acostarse.

  • Analgésicos: El acetaminofén o el Tylenol pueden ser útiles cuando los bebés se sienten incómodos o con fiebre, especialmente cuando estos síntomas comienzan a interferir en la alimentación o en el sueño. Cuando use analgésicos sin receta, es importante seguir las instrucciones de dosificación apropiadas para el peso de su hijo. Los analgésicos también pueden ser de gran ayuda a la hora de acostarse si se les da 15 a 20 minutos antes, para que surta el efecto. Sin embargo, no es necesario despertar a tu hijo para otra dosis durante la noche. Estos medicamentos sólo tratan los síntomas, y si tu hijo está durmiendo con esos síntomas, probablemente el/ella no los siente. También es importante tener en cuenta que el Acetaminofén y el Tylenol no se deben administrar a los bebés menores de 3 meses de edad, así como el Ibuprophen y el Motrin no deben administrarse a niños menores de 6 meses de edad.

El resfriado común

El nombre no es muy amenazante, y para un adulto, un resfriado no puede ser más que un chasquido a lo largo del camino. Para un bebé, sin embargo, los primeros resfriados pueden ser bastante difíciles de tratar, y eso es especialmente cierto cuando se trata de su sueño. Sin embargo, el efecto de un resfriado sobre el sueño no siempre es fácil de predecir. Por un lado, los síntomas del resfriado pueden interponerse en el modo de dormir, pero por el otro, luchar contra una enfermedad es un trabajo agotador y, a menudo, puede hacer que un niño duerma más. Esto puede significar una mayor cantidad de sueño roto por despertares más frecuentes, o puede significar problemas para conciliar el sueño junto con un cansancio adicional.

Al igual que con otros tipos de enfermedad, los bebés que están congestionados por el resfriado común, pueden ser capaces de dormir mejor en una habitación con un humidificador de niebla fría.


Fuentes
  • Mayo Clinic Staff. “Infant reflux.” Mayo Clinic. Mayo Clinic, November 8 2015. Web.
  • William Sears. “Must-Read Guide to Babies and Ear Infections.” Parenting. meredith women’s network, 2016. Web.
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