Haciendo que los niños coman su comida

Hay una razón por la que hay repisas en las estanterías de libros sobre las maneras de cómo alentar a los niños pequeños a convertirse en comedores saludables, entusiastas y aventureros. Desde el momento en que los bebés y los niños comienzan a comer alimentos sólidos, sus hábitos alimenticios tienen una tendencia a convertirse en una de las preocupaciones más importantes de sus padres. Parte de esto puede ser porque los niños pequeños y aquellos que son quisquillosos tienen una relación legendaria, y los quisquillosos pueden conducir a luchas de poder bastante rápidas. Sin embargo, hay algunos pasos que los padres pueden seguir para resolver los problemas con aquellos que son reacios a comer, y cuando se trata de conseguir que su pequeño coma una comida completa y equilibrada, a veces tomar la pelea a la hora de comer puede ser la mitad de la batalla.

El poder de la participación

Ya sea que quiera tener un pequeño ayudante para revolver las olla bajo su supervisión cuidadosa, o llevándolo junto con usted a la tienda de comestibles para ayudarle a elegir qué cabeza de brócoli debe ir en la cena, o incluso iniciar un pequeño jardín en el patio trasero o en el balcón, intente darle a su pequeño la oportunidad de participar en alistar las cosas antes de cualquier comida. Si el/ella está orgulloso de trabajar ayudándole con la comida, seguramente podrá estar más dispuesto a probar algo que el/ella podría no haber hecho de otra manera.

Otra forma de tratar de aprovechar este sentimiento es inclinarse hacia comidas más personalizadas, o comidas donde su niño pequeño pueda combinar los ingredientes por si mismo, como tacos, sándwich y pizza.

Psicología inversa

Una de las cosas difíciles sobre los niños pequeños es que un montón de ellos realmente sólo parecen querer comer lo que está en su plato. Siempre y cuando usted esté comiendo los mismos tipos de cosas saludables, asimismo, usted está esperando que el/ella los pruebe, lo cual no es necesariamente un problema, sin embargo, si usted tiene un comedor exigente en sus manos, a veces se puede girar esta tendencia a su ventaja. Esta filosofía de «La hierba es siempre más verde» es sin duda un argumento para que toda la familia coma la cena juntos al mismo tiempo cuando sea posible. Mostrándole a su niño que está comiendo las mismas cosas que el/ella, y también que el hecho de comer en la mesa juntos es algo muy normal, es una gran manera de animarlo a hacer lo mismo.

Si las cenas familiares ya forman parte regular de la rutina de su familia, y su hijo todavía no está comiendo su cena, puede ser hora de tratar de llevar esta estrategia al siguiente nivel. Si su niño pequeño no está muy emocionado de comer de su propio plato, ofreciéndole pequeños bocados del suyo podría tentarlo para probar algo nuevo. Definitivamente es una estrategia que puede ser contraproducente si su pequeño decide que esta es la única manera de que el/ella quiera comer, pero como una estrategia «de vez en cuando», puede ser sorprendentemente eficaz – ¡solo asegúrese de que su pequeño no sea el único que llegue a disfrutar de su cena!

Utilice los ritmos circadianos a su ventaja

Eso es correcto, no es sólo el sueño que se ve afectado por los ritmos circadianos. Cualquier proceso corporal que sigue un horario basado en un día de 24 horas está regulado, al menos en parte, por los ritmos circadianos, y el hambre no es diferente. Esto significa que, al tener a su pequeño comiendo comidas y bocadillos o snacks siguiendo un horario, hará que sea más probable que el/ella comience a tener hambre alrededor de las comidas programadas.

Empiece el cambio con usted mismo

Su niño pequeño no es el único que juega un papel en su dinámica a la hora de la comida – usted también lo hace. Lo pequeños cambios, como empezar a servir porciones más pequeñas para evitar la sensación abrumadora de grandes platos, puede hacer por ejemplo, una gran diferencia en cómo usted y su pequeño perciban la comida.

Cosas que son mucho más pequeñas, y más difíciles de hacer, como tratar de no hacer énfasis en lo mucho que su niño está comiendo también puede ayudar. Hay una buena probabilidad de que el/ella se vuelva parte de su estrés, lo que puede ayudar a convertir las comidas en eventos estresantes. Es común que los niños pasen por periodos de tiempo cuando son más selectivos, y que tengan cuidado con los nuevos alimentos, especialmente una vez que alcancen la infancia. No es una señal de que algo anda mal, y la mayoría de las veces, sus dietas tienden a balancearse con el tiempo. No es fácil dejar de lado las preocupaciones, pero siempre y cuando su hijo esté creciendo a un ritmo saludable y constante, mantenerse aferrado a sus preocupaciones es generalmente el camino a seguir.

Recuerde que puede ser un problema temporal

Por un lado, los niños pequeños tienden a tener apetitos que suben y bajan en función de los patrones de crecimiento, por lo que puede llegar el día, en el que tu pequeño pueda escoger su propia comida. De hecho, para muchos niños, los años de niño pequeño vienen con una caída significativa en el apetito al igual que cuando el crecimiento se ralentiza después del primer año. Además, a medida que las papilas gustativas de los niños maduran, es más probable que comiencen a gustarles sabores más amargos, como los que provienen de las verduras. Mientras tanto, sin tener que hacer malabares para disfrazar los vegetales, las sopas y salsas son excelentes maneras de agregar un poco de materia vegetal extra en una comida. Algunas verduras también pueden añadirse en un batido, en los huevos, frijoles, legumbres y acompañarlos con mantequilla de maní, todas estas, son formas más tranquilas de agregar un poco de proteína en la dieta de su niño si todavía no está listo para morder una hamburguesa.

Muchas cosas sobre los patrones de alimentación de su hijo son probablemente temporales, pero también hay hábitos que pueden comenzar ahora y seguir causando problemas a medida que el/ella crece. Hábitos como negociar con el/ella para que coma más bocados, haciéndole una comida especial separada del resto de la familia, y ofreciendo dulces como recompensas pueden formar hábitos alimenticios que luego van a ser muy difíciles de romper.


Fuentes
  • Mary L. Gavin. “Kids and Food: 10 Tips for Parents.” KidsHealth. The Nemours Foundation, September 2015. Web.
  • Mayo Clinic Staff. “Children’s nutrition: 10 tips for picky eaters.” Mayo Clinic. Mayo Clinic, September 6 2014. Web.
  • “Win Over Picky Eaters.” PBS. PBS. Web.
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