Hablar con tu hijo sobre la conexión entre la carne y los animales

¡El viejo MacDonald tenía una granja, E-I-E-I-O! Y en mi plato estaba esa granja, ¡E-I-E-I-I-NO!

Enfrentémoslo: la mayoría de los cuentos infantiles y programas se centran en los animales. Estas formas de entretenimiento dan vida a los animales, mostrándolos con sus propias familias y amigos, como una forma de conectarse con los niños. No debe sorprender, entonces, que muchos niños se asusten cuando se enteran de la conexión entre el pollo en su libro de cuentos y la cena que se sirve.

Algunos niños pueden estar sorprendidos, pero no necesariamente molestos por la conexión. Otros, sin embargo, luchan con la idea, y podrían decidir renunciar a la carne una vez que hagan la asociación. Por lo tanto, a menudo es útil abordar esta conversación con cuidado.

Si tu chiquitín todavía no ha preguntado sobre el origen de la carne en su plato, puedes decidir dejarlo en paz por ahora, y guardar la conversación hasta que comience a sentir curiosidad. Sin embargo, cuando llegue el momento, estar preparado puede ayudar a evitar que caigas en una conversación incómoda en la que no estés segura de qué decir. Muchos niños son muy sensibles y aunque la honestidad es la mejor política, ten en cuenta la personalidad de tu hijo antes de responder.

Una buena manera de iniciar la conversación es comenzar enfatizando la importancia de una dieta balanceada, y dejar que los niños se sientan cómodos saber que la carne es una de las principales formas en que las personas obtienen ciertos nutrientes. Si la carne es una parte importante del equilibrio en la dieta de tu familia, dile eso. Puedes elegir decirle que tú y tu familia comen muchas cosas del mundo que los rodea, y muéstrale cómo recoger una manzana de un árbol, o incluso plantar un pequeño huerto para transmitir el hecho de que los alimentos provienen de la naturaleza.

Es común que los niños pequeños se sientan culpables por comer animales, pero puede ser útil recordarles que otras criaturas también comen lo que les rodea. Dile que los tiburones comen pescado en el océano, por ejemplo, y que no podrían sobrevivir si no lo hicieran. Esto puede aliviar algo de su conciencia ayudándole a darse cuenta que no es el único que come animales.

Algunos niños pequeños optan por dejar de comer carne, ya sea por un tiempo corto o por una cantidad de tiempo más significativa, y si tu pollito decide que esa es la mejor manera de manejar esta nueva información, es importante asegurarse de que entienda que necesita conseguir la proteína que su creciente cuerpo requiere de otras fuentes.

Adaptar la conversación a tu familia

La manera en que abordes el tema dependerá en gran medida de los valores y el estilo de vida de tu familia. Si tu chiquitín está creciendo en una familia de cazadores, o en un área donde la caza es común, puedes sentirte más preparada para la conversación, y se te puede preguntar a una edad más temprana, aunque es importante mantener la conversación apropiada para la edad para evitar causar miedo. Para los niños que crecen en granjas, puede ser un lugar común que los animales sean criados para comer, y puede ser un hecho que tu hijo crezca sabiendo, sin necesidad de que se lo expliquen en una conversación específica.

Por otro lado, si tu familia no come carne, o un miembro de tu familia no lo hace, tu peque puede terminar haciendo la pregunta antes (si se le ofrece carne en casa de un amigo o miembro de la familia) o más tarde (si no lo encuentra mucho). Por supuesto, lo más importante es asegurarse de que tu chiquitín está comiendo una dieta balanceada, y que todas sus necesidades nutricionales se están satisfaciendo, pero también puede ser un buen momento para abrir la conversación sobre los valores de tu familia y la forma en que las diferentes familias viven de diferentes maneras.

Algunas conversaciones son más difíciles que otras, y generalmente una tiende a caer en esa categoría. Mantener tus explicaciones apropiadas para la edad generalmente significa mantenerlas cortas, fáciles de seguir y relacionadas con las cosas que tu pequeñín sabe y entiende. Mientras entienda que la mascota de la familia, Fluffy, no está en riesgo de terminar en la mesa, eventualmente terminará lidiando con la idea con bastante calma.

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