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Estableciendo límites durante tu embarazo

En este mundo lleno de citas motivacionales de Instagram proclamando con orgullo «Vive tu vida sin límites», probablemente no pienses que los límites sean algo bueno, pero te van a ayudar a mantener relaciones saludables con las personas que te rodean. Los límites establecen y aclaran qué tipos de comportamientos son bienvenidos y cuáles no son aceptables. Algunas mujeres se dan cuenta que su embarazo provoca que algunos problemas pasen a primer plano con sus seres queridos, o que surjan problemas que nunca antes habían sido motivo de preocupación, incluso con extraños. Para establecer límites y expectativas de comportamiento, ten en mente las siguientes reglas generales: hay que mantener la calma (si puedes), mantener las cosas claras y simples, y mantener la coherencia. Pero la forma en que abordes estos problemas de límites puede ser diferente dependiendo de con quién estés tratando exactamente.

Seres queridos

Tratar problemas de límites con tus seres queridos es difícil pero puede ser una bendición disfrazada, ya que éstas son las personas que continuarás teniendo en tu vida una vez que nazca tu bebé. Es probable que algunos de estos problemas vuelvan a surgir a medida que tu bebé crezca, por lo que no hay momento como el presente para comenzar a establecer límites saludables y apropiados con los que puedas sentirte cómoda.

Puedes lidiar con los límites al principio de tu embarazo – ¿Cuánta información sobre salud quieres compartir y con quién? Más adelante – ¿Realmente quieres compartir la lista de nombres para el bebé con tu suegra obstinada? O cuando tu fecha de parto se acerque – ¿Quién le dirá a la tía abuela Irma que debe esperar hasta que estés en casa para visitar al bebé si ella planea ir al hospital? Estos desafíos pueden presentarse de muchas maneras: te pueden hacer preguntas impertinentes, ofrecer consejos no deseados, dar regalos que nunca quisiste, o decirte exactamente cómo debes cuidarte a ti y a tu bebé. Es posible que descubras que estos problemas que surgen durante el embarazo sacan a la luz cuestiones que en realidad ya estaban en juego en tus relaciones: los grandes cambios en la vida, como tener un bebé, parecen sacar a la superficie estas cosas, y tendrás que tratar con diferentes personas de diferentes maneras.

Puedes establecer límites optando por una explicación corta y dulce: «No queremos compartir los nombres hasta que nos hayamos decidido por uno». O puede que necesites hablar de las cosas más honestamente: «Tía Irma, te queremos mucho, pero realmente no queremos una tonelada de visitas en el hospital porque queremos tratar de descansar y disfrutar un poco de tiempo a solas con nuestro bebé cuando llegue. Entiendo que no es lo que esperabas, pero es lo que necesitamos y queremos. Además, puedes visitarnos unos días después, una vez que nos hayamos instalado en la casa».

Hacer todo lo posible para tratar estos asuntos con paciencia, amabilidad y un entendimiento honesto de qué tipo de límites necesitas durante este tiempo no siempre es fácil, especialmente sabiendo que continuarás teniendo una relación con estas personas, pero los límites que establezcas ahora te ayudarán a definir cómo se desarrollarán estas relaciones en el futuro.

Colegas y compañeros de trabajo

Ya sea que ya hayas anunciado el hecho de que estás embarazada o lo estarás haciendo pronto, tus colegas y compañeros de trabajo pueden estar interesados en saber cómo te sientes y cómo progresa tu embarazo. El que compartas, o no, depende de cómo te sientas con ellos. Por ejemplo, si tienes una amiga de trabajo con quien te sientes cómoda, comparte mucho; pero si no conoces bien a una colega y aún así está interesada en escuchar más de lo que quieres compartir, mantén las cosas breves y luego continúa con las cosas del trabajo.

Sin embargo, puede haber ocasiones en las que necesites informarlos un poco más, lo que puede ser algo delicado. Si, por ejemplo, estás lidiando con problemas de salud inesperados que te llevarán a necesitar más tiempo libre o adaptaciones en el trabajo, es posible que te encuentres compartiendo información sobre tu salud que por lo general te guardarías. Si te sientes cómoda con tu jefe, esta podría ser una conversación bastante abierta. Si no estás tan cómoda, sólo estás obligada a decirle lo estrictamente necesario. Si la conversación va más allá de lo que te gustaría, podrías ver si la documentación de tu médico es suficiente para comunicarte con tu empleador, incluso si no quieres tener una conversación directa.   

Extraños

Si se trata de personas insistentes, curiosas o que cruzan límites importantes, pero que no necesitas volver a ver en tu vida, esto abre algunas posibilidades. Podría ser la mujer en la tienda que se da cuenta de que estás embarazada y comienza a preguntarte si vas a amamantar, o el extraño en el tren que te toca la barriga sin preguntar, o la persona en la acera que te mira y te pregunta si vas a tener gemelos. Si se trata de un comentario claramente grosero, puedes responder como te parezca o ignorar a la persona y simplemente alejarte. Si es alguien que crees que tiene buenas intenciones pero que está presionándote para que platiques o compartas información con la que no te sientes cómoda, depende de ti cómo responder. Puedes eludir el tema con «No estoy segura» o «Lo siento, tengo prisa y realmente no puedo hablar» o hacerles frente con «No me siento cómoda discutiendo esto con usted» o «No es de su incumbencia» lo cual normalmente funciona. Y si es alguien que te toca sin tu permiso, puedes detenerlo de inmediato diciendo «No lo conozco», «Me está haciendo sentir incómoda» o «No puede tocarme sin mi permiso».

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