La guía de la nueva mamá para sacarse leche en el trabajo

Si planeas amamantar, en algún momento en el futuro necesitarás respuestas a las siguientes preguntas. Algunas de las respuestas pueden variar según tu situación individual, pero esto es lo que toda madre debe saber antes de sacarse leche en el lugar de trabajo.

¿Dónde voy a sacarme la leche?

Si te encuentras en los EE. UU., puedes encontrar consuelo en saber que hay leyes vigentes que te apoyan y protegen mientras te sacas leche. Por ejemplo, la mayoría de empleadores están obligados de manera legal a proporcionarte una cantidad de tiempo razonable (aunque no necesariamente pagado) para sacarte leche. Sin embargo, hay excepciones bajo la ley para ciertos empleados exentos (enlace en inglés), como los maestros. Tu empleador también está obligado de manera legal proveerte un lugar privado que no sea un baño para sacarte leche. Puedes leer estas leyes aquí. Y para un volate práctico que puedes descargar e imprimir, sigue este enlace. Otras leyes relacionadas con la lactancia materna varían por estado, y puedes buscar las leyes de tu estado aquí (enlace en inglés).

Cuando se trata de tu empleador en específico, si no tuviste una conversación con ellos acerca de estos detalles antes de tu licencia, debes contactar a RR. HH. para saber que ofrecen en torno a un espacio y comodidades para sacarte leche. ¿Hay un espacio designado? ¿Puedes sacarte leche en tu propia oficina? ¿Qué hacen las otras madres lactantes de tu oficina? Muchos empleadores están encantados de ayudar a las madres lactantes, quizá aún no conoces el apoyo que brindan porque no tuviste que pensarlo mucho antes. ­¡Puede que haya un cuarto secreto donde sacarte la leche que nunca habías visto! 

Si eres miembro de un sindicato, asegúrate de revisar tu contraro y preguntarle al liderazo sindical cualquier pregunta o duda que puedas tener. 

¿Cuál será mi horario de sacarme leche?

Mientras tu bebé tenga menos de seis meses, tendrás que sacarte leche alrededor de cada tres horas. Lo probable es que te tomes entre 20 y 30 minutos cada sesión. Cuando planifiques tu horario, ten en cuenta el tiempo que tardas en llegar y regresar del trabajo; una jornada laboral de 8 horas suele requerir algo más de tiempo para ir y venir del trabajo a casa. Una vez que sepas cuánto dura un día normal para ti, te ayudará programar (sí, programar) tiempo en tu calendario diario para que un tiempo fijo sea solo tuyo. También es conveniente que hables con tu jefe sobre estos detalles, para que todas las partes necesarias, jefes, compañeros de trabajo y similares, sepan que tu tiempo para sacarte leche es una prioridad.

¿Qué tengo que llevar al trabajo?

Si no eres de las que planifican su atuendo la noche anterior, ¡es hora de que intentes adquirir este hábito! Estos son los elementos esenciales para sacarte leche que necesitarás preparar con antelación. (Consejo: puede que necesites una bolsa aparte):

  • sacaleches y sus piezas;
  • nevera suave isotérmica, etiquetada con tu nombre, para guardar la leche;
  • compresas frías reusables para mantener la leche fría durante el recorrido diario entre tu hogar y el trabajo;
  • biberones o bolsas para guardar la leche, también etiquetadas si no van a ir en una nevera;
  • bolsa Ziploc para piezas húmedas del sacaleches;
  • sostén de lactancia, almohadillas para absorber leche y crema para los pezones;
  • un suéter, chal o manta pequeña;
  • artículos como toallas de papel, un cable de extensión, toallitas o desinfectante de manos;
  • tu propio almuerzo y una botella de agua (o dos, ¡la hidratación es muy importante durante la lactancia!);
  • meriendas, muchas, muchas meriendas. Tendrás hambre.

¿Dónde y cómo debo almacenar la leche?

Cuando vuelvas al trabajo, utiliza recipientes limpios, resistentes y que no puedan gotear (¡tu leche materna es muy valiosa!). Etiqueta la leche extraída con el día y el mes, y guárdala en la refrigeradora o en una bolsa isotérmica si no dispones de una refrigeradora, por lo que te conviene saber con antelación si tendrás acceso a una en la oficina.

  • Refrigeradora: Mete los biberones o bolsas en una bolsa isotérmica suave y guárdala en la parte de atrás. Si tienes que guardarlo en la parte del congelador de una refrigeradora, seguirá siendo seguro, pero intenta ponerlo en la parte de atrás para que la temperatura no fluctúe si se abre la puerta.
  • Bolsa isotérmica: Deberás asegurarte de que hay suficientes compresas frías reusables en la bolsa y de que rodean físicamente la leche para mantenerla fría todo el día.

¿Cómo mantendré todo limpio?

Para evitar que los gérmenes se transmitan a la leche materna, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan lavarse siempre las manos antes de extraerse leche, extraerla y tocarla o moverla. Entre cada sesión, tendrás que lavar las piezas en un fregadero disponible, o limpiarlas con una toallita desinfectante, por lo que también querrás saber si tendrás acceso a un fregadero. Y puedes guardar las piezas limpias en una bolsa Ziploc entre sesiones.

¿Qué hago con todo al final del día?

En el viaje de vuelta a casa, mantén la leche sellada y fría en una bolsa isotérmica. Cuando llegues a casa, congela la leche (¡asegúrate de que esté etiquetada con la fecha!) y lava bien las piezas del sacaleches. Según las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, esto significa:

  • Lavarte las manos.
  • Desmontar todas las piezas.
  • Enjuagar cada pieza con agua corriente.
  • Si se lava a mano: utilizar un cepillo limpio y un lavabo limpio para fregar con agua caliente y jabón, y limpiar con regularidad el lavabo y el cepillo.
  • Si se lava en lavavajillas: introducir en el lavavajillas (con cuidado de que no se pierdan piezas pequeñas en la máquina) y hacer funcionar en un ciclo de agua caliente y secado con calor.
  • Secar al aire por completo.
  • Cuando estén secas, desinfectar (es decir, poner al vapor o a hervir) las piezas del sacaleches al menos una vez al día.

Consejos que todas las madres deberían conocer

  • Cada vez es más fácil. Al igual que ocurre con la lactancia materna, para muchas mujeres la extracción de leche empieza siendo difícil y luego se hace más fácil con el paso del tiempo. Esto es muy importante de recordar si al principio tienes dificultades y te preguntas si no está hecho para ti. En esos momentos, puede ser muy útil recurrir a la ayuda de una consultora de lactancia o pedir ayuda o apoyo a tu proveedor de atención médica.
  • Sé tu propia defensora de la salud. Si descubres que no tienes un sitio o un espacio adecuado para extraerte leche, sé tu propia defensora y pide a RR. HH. lo que necesites. A veces ocurre que nunca antes se ha preguntado a un empleador por un espacio donde sacarse leche, en cuyo caso estarías haciendo un gran favor a los demás padres y madres de tu oficina. Una vez más, es importante mantener estas conversaciones antes de regresar para que los detalles sobre dónde y cuándo te sacarás leche estén claros y no te encuentres con sorpresas una vez de vuelta. Y una vez que vuelvas, sé testaruda y no te saltes los descansos para sacarte leche ni te quedes treinta minutos más antes de hacerlo por petición de otra persona. Tu bebé necesita esa leche, y tú estarás incómoda o incluso llena si te saltas las sesiones de extracción. 
  • RR. HH. es tu amigo. Una vez que vuelvas al trabajo y te sacas leche con regularidad, acude a recursos humanos si tienes algún problema con los colegas, tu tiempo, tu espacio, el almacenamiento de la leche, ¡lo que sea! Puede que la gente siga entrando en tu zona de extracción, que no respeten tu horario o que alguien te diga algo que te molesta. Lamentablemente, mucha gente no entiende lo que implica sacarse leche. Estos son los peores escenarios a los que, con un poco de suerte, no tendrás que enfrentarte, sobre todo si tu empleador apoya las familias y es comprensivo. Pero si surge algo parecido, ponte en contacto con tu representante de RR. HH.: están ahí para ayudarte.

Lo que puedes hacer, ahora mismo, para preparar tu regreso

Tanto si piensas volver al trabajo la semana que viene como si lo haces el mes que viene, aquí tienes los pasos que debes seguir para prepararte para sacarte leche en el trabajo.

  • Consigue el equipo necesario. Si aún no tienes un sacaleches, ahora es el momento de obtener uno. Aunque la ley estadounidense obliga a las nuevas mamás a obtener sacaleches gratuitos a través de su seguro médico y algunas personas pueden obtenerlos durante el embarazo, otros no los envían hasta después de que nazca el bebé. Así que adquiere el sacaleches que necesites, así como cualquier accesorio adicional que necesites para transportar de forma segura ese oro líquido desde tu lugar de trabajo hasta tu bebé en casa, como compresas frías reusables, una nevera blanda, etc.
  • Practica sacarte leche en casa. Si hasta ahora has amamantado de forma exclusiva a tu bebé, dedica un tiempo a familiarizarte con todo el equipo del sacaleches, ya que no querrás utilizarlo por primera vez cuando vuelvas al trabajo. Cuanta más práctica adquieras utilizándolo ahora en la comodidad de tu hogar, en mejor forma estarás cuando lo hagas en el trabajo.
  • Comunica tus planes a tu empleador. Si piensas amamantar a tu bebé, asegúrate de que tu empleador (y quizá el departamento de recursos humanos) te ha informado de dónde vas a sacarte leche y de qué tipo de extras (como una refrigeradora o un lavabo) tendrás a tu disposición. Antes de reincorporarte al trabajo, debes explicar a tu supervisor los aspectos básicos de la lactancia materna para que queden claras las expectativas sobre los descansos para extraerte leche. Y asegúrate de abordar estas conversaciones con confianza: ¡lo tienes todo bajo control!
  • Busca una compañera de oficina que también esté amamantando. Cuando vuelvas, forma equipo con otras madres nuevas o embarazadas de tu trabajo. Poden defenderse la una por la otra y, si es necesario, alternar los tiempos de sacarse leche para cubrirse de manera mutua. Si eres amigable con estas personas, incluso podrías iniciar estas conversaciones y compartir información sobre sacarse leche en el trabajo antes de tu regreso al trabajo.

No siempre es fácil, pero la lactancia materna es posible mientras se trabaja. ¿Estresante? Si. ¿Gratificante? En lo absoluto. Los beneficios de la lactancia materna son enormes, así que si estás pensando en hacerlo y volver al trabajo, debes saber que sí puedes. 


Fuentes
  • «Breastfeeding Report Card.» Centers for Disease Control and Prevention. U.S. Department of Health and Human Services: National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion, Division of Nutrition, Physical Activity, and Obesity, July 2014. Retrieved July 26 2017. https://www.cdc.gov/breastfeeding/pdf/2014breastfeedingreportcard.pdf.
  • «How to Keep Your Breast Pump Kit Clean: The Essentials.» Centers for Disease Control and Prevention. U.S. Department of Health & Human Services: National Center for Zoonotic Infectious Diseases, July 15 2017. Retrieved July 26 2017. https://www.cdc.gov/healthywater/hygiene/healthychildcare/infantfeeding/breastpump.html.
  • Wendy Wright. «Pumping Strategies for the Working Mother.» Lactation Matters. International Lactation Consultant Association, May 17 2012. Retrieved July 27 2017. https://lactationmatters.org/2012/05/17/pumping-strategies-for-the-working-mother/.
  • «Making it work: For Moms.» BreastfeedingPartners. New York State Department of Health and New York State WIC. Retrieved July 27 2017. http://www.breastfeedingpartners.org/images/pdf/ForMomsFINAL.pdf.
  • «Proper Handling and Storage of Human Milk.» Centers for Disease Control and Prevention. U.S. Department of Health and Human Services: National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion, Division of Nutrition, Physical Activity, and Obesity, July 24 2017. Retrieved July 26 2017. https://www.cdc.gov/breastfeeding/recommendations/handling_breastmilk.htm.
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