Cosas que nadie te dice acerca de tener un bebé (que me aseguro de contarle a todas las mamás primerizas)

Cuando esperaba a mi primer bebé, leí muchos libros, hablé con todas mis amigas que ya eran madres e incluso tomé una clase de Bradley durante tres meses con mi esposo. Yo pensaba, aunque todavía no había pasado por el nacimiento y la recuperación del parto, que al menos mentalmente sabía qué esperar. Pero aparte de todas las cosas que simplemente no supe y para las que no pude prepararme específicamente (como el desarrollo del alumbramiento, etc.), tuve algunas sorpresas en la fase de recuperación inmediata después del nacimiento. Estas son las cosas que me aseguro de mencionar a mis amigas que se están preparando para sus primeros bebés. 

Vas a sangrar mucho.

La mayoría de nosotras sabemos que hay muchos fluidos corporales durante el proceso de nacimiento. Lo que las mamás primerizas pueden no saber es cuánto sangrado ocurre después. El sangrado continúa de dos a seis semanas después del nacimiento. Su nombre técnico es loquios. Al principio, el sangrado puede ser más intenso que un período (por lo tanto, presta atención a las instrucciones de los médicos y enfermeras sobre las señales de que el sangrado puede ser problemático). Asegúrate de abastecerte de toallas femeninas en casa mientras te preparas para recibir a tu bebé porque definitivamente las necesitarás. 

Las enfermeras ejercerán presión sobre tu útero y no es divertido.

Para asegurarse de que tu útero se está contrayendo correctamente y de que no sangres excesivamente, las enfermeras que te cuidan después de dar a luz presionarán tu útero con mucha fuerza. Tu útero está sensible por haber alojado a un bebé y haberlo empujado hacia afuera, así que, como puedes imaginarte, esto no es cómodo. Respira para superar este malestar en lugar de luchar contra él y ten en cuenta que lo están haciendo para mantenerte a salvo. Te ayudará a superarlo. 

Puede que te sientas como si un tren te hubiera atropellado una y otra vez.

Dar a luz es un proceso arduo. Tu cuerpo usará más fuerza de la que te imaginabas tener – y los músculos que ni siquiera sabías que tenías te harán saber que fueron usados. Después de que nació mi primera hija, todo me dolió. Sentarme y estar de pie era especialmente doloroso y tuve que hacerlo muy lentamente. La paciencia contigo misma, el descanso, y el saber que esto es normal y común (¡y que se disipará!) te ayudará a superar esta fase de dolor y malestar.

Las contracciones no se detienen después de que el bebé nace.

Después de dar a luz a tu bebé, todavía necesitas expulsar la placenta. Es muy probable que estas contracciones se sientan muy leves después del duro trabajo de parto, pero es bueno saber que van a suceder. Tu médico o partera puede incluso hacer que vuelvas a empujar para ayudar a expulsar la placenta. Incluso después de que salga la placenta, las contracciones todavía no terminan. La lactancia desencadena contracciones uterinas también. Esto es parte del encogimiento de tu útero al tamaño normal y de asegurarse de que no sangres excesivamente. Si bien en ese momento puede parecer realmente injusto que tengas que soportar contracciones después de terminado el parto (¡y tan pronto después!), también es el momento de apreciar la interconexión de tu cuerpo. Tus enfermeras pueden ofrecerte analgésicos antiinflamatorios para los calambres porque pueden ser muy dolorosos.

Tendrás miedo de ir al baño.

Orinar cuando tu piel se siente como carne viva que aún está cicatrizando puede arder, especialmente si has tenido puntos de sutura. Y la idea de tener una evacuación intestinal es francamente aterradora después de haber dado a luz. Es posible que te administren un calmante y anestésico en aerosol que te ayudará al principio, junto con un ablandador de heces para evacuar más fácilmente tu primera vez. Una botella exprimible con boquilla rociadora te ayudará a lavarte con agua tibia sin tener que frotarte mucho con papel higiénico, lo que podría irritar la delicada piel que aún se está curando. Recuerda que evitar ir al baño no es bueno para la salud y aumentará tu malestar. Y una vez que superes este acontecimiento, te sentirás mucho mejor. 

Amamantar no siempre es fácil.

Tengo la teoría de que la lactancia materna no es instintiva, por lo que las nuevas madres se dan cuenta de que tienen que confiar en otras mujeres sobre este asunto de criar bebés. No tengas miedo de pedir consejos sobre la lactancia materna, y busca un asesor profesional de lactancia, especialmente si hay alguno en el hospital. Si te aseguras de aprender cómo lograr que tu bebé se agarre correctamente del pezón al principio, evitarás muchos problemas con la lactancia en el futuro. Prepárate también para las molestias y el período de ajuste que tendrás cuando llegue la leche.

Saber que tu cuerpo sabe qué hacer, pero que puede tomar un poco de tiempo para entrar en un ritmo, puede darte esa dosis extra de paciencia y paz que necesitas mientras navegas por todos los cambios drásticos que tu cuerpo sigue experimentando, incluso después de dar a luz.


Sobre la autora:
Shifrah vive en Tallahasse, FL con su esposo, cuatro hijos, dos gatos y un perro. Además de la maternidad y la escritura, disfruta de la lectura, la fotografía de estilo de vida, la costura, ir a la playa y documentarlo todo en álbumes. Bebe su café negro.

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