La rutinaria e intensa restricción a los patrones establecidos es uno de los comportamientos más característicos asociados con el Trastorno del Espectro Autista, y establecer y mantener las rutinas de manera positiva puede ser una de las mejores maneras para que las familias apoyen a los niños con TEA. Apoyar rutinas positivas puede ayudar a los niños a sentirse tranquilos y seguros en su comprensión de su entorno. Sin embargo, como en cualquier familia, también es posible caer en rutinas que no están estructuradas de manera que ayuden a las familias, por lo que puede ser útil echar un vistazo a las rutinas de tu familia de vez en cuando para asegurarse de que están estructuradas de la mejor manera posible.
Hacer de las rutinas una de las fortalezas de tu familia
Debido a que el «comportamiento repetitivo» está listado como un síntoma de TEA, puede parecer que seguir las rutinas es la manera incorrecta de relacionarse con el diagnóstico de TEA de un niño. Pero mientras que hay algunos hábitos, rituales y rutinas que a las familias les va mejor sin ellos, y eventualmente tienen que arrancar de sus vidas, el problema no es el hecho de la rutina, son los detalles de esa específica. De hecho, tener una serie robusta de rutinas puede ayudar a tu familia a funcionar sin problemas y, en realidad, puede ayudar a fomentar la flexibilidad cuando sea necesario.
Una manera de ayudar a que las transiciones funcionen para tu familia es comenzar temprano con marcadores grandes y fáciles de ver que adviertan de las transiciones de una actividad o parte del día a otra. Los marcadores como los temporizadores y los relojes son geniales. Los horarios que muestran imágenes que se corresponden con diferentes actividades también pueden ser excelentes, y pueden ser utilizados como herramientas para ajustar los horarios en el futuro. Los niños pequeños no sabrán lo que significan estas cosas al principio, por supuesto, pero si su propósito es explicado consistentemente, pueden ayudar a evitar que los cambios y ajustes de horario se sientan abrumadores o inesperados.
Algunas familias se dan cuenta de que pueden ayudar a sus hijos a establecer la conexión entre estas imágenes y los momentos de la rutina familiar -¡y divertirse mientras lo hacen! – tomando fotos de sus hijos cepillándose los dientes, preparándose para ir a la cama o almorzando, y usando esas fotos en sus horarios visuales.
Tener imágenes para explicar los horarios y las transiciones antes de que ocurran también puede ayudar a preparar a los niños pequeños para los cambios en sus horarios, especialmente a medida que crecen. Comenzar a establecer este «lenguaje» compartido para los horarios, las horas y las rutinas puede ayudar a tu familia a establecer los componentes para facilitar los cambios en el futuro.
Alterar las rutinas que se convierten en un problema
Puede ser fácil caer en rutinas, y difícil ajustarlas una vez que están establecidas, así que de vez en cuando, es importante echar un vistazo a las rutinas de tu familia y hacer un balance de si están haciendo tu vida familiar más fácil o más difícil. Si una rutina es lo suficientemente difícil de seguir (o poco realista de mantener), que le está causando más estrés a tu hijo, puede ser el momento de tratar de trabajar para fomentar la flexibilidad alrededor de esta, o incluso cambiarla. Por otro lado, si una rutina hace que tu vida familiar sea más fácil, o hace que tu hijo se sienta más seguro o más tranquilo, vale la pena averiguar la mejor manera de mantener esta rutina como una parte importante de tu vida hogareña.
Cuando se trata de hacer cambios, a los niños pequeños con TEA les puede ir mejor con cambios graduales que con un cambio brusco de una rutina establecida. Si vas a cambiar la ubicación de una de sus actividades cotidianas más comunes, puedes ayudar a tu hijo a sentirse más cómodo con este cambio haciendo una breve visita de «práctica», o incluso mostrarle una imagen o video del lugar, en vez de aparecer en algún lugar nuevo de un solo.
Al final, no hay una respuesta definitiva sobre cómo manejar las rutinas que tienden a aparecer en las vidas de las familias con miembros autistas – y en todas las familias. Cualquiera puede caer en hábitos, algunos de los cuales son mejores o peores para el funcionamiento diario, y los niños neurotípicos también pueden beneficiarse de desarrollar rutinas fuertes y saludables. En general, suele haber una manera de utilizar las rutinas para crear hábitos saludables, y para ayudar a las familias a funcionar sin problemas.