Graphic showing an image of a house to represent work from home environments.

Cómo manejar el nuevo modelo de trabajo desde casa durante COVID-19

La pandemia hizo que muchas personas que no se habían planteado trabajar desde casa empezaran a hacerlo. Y aunque algunos de nosotros nos hemos adaptado a las videollamadas (tantas videollamadas), a trabajar en la mesa de la cocina y a un nuevo sentido de equilibrio entre la vida laboral y la personal, muchos han encontrado que trabajar desde casa es un reto.

Cómo manejar el entorno del trabajo desde casa

Tanto si compartes un espacio de trabajo desde casa con tus compañeros de piso, tu hijo pequeño, tu pareja, tu perro, tus padres o tus plantas caseras, todos hacen lo posible por adaptarse. Pero reconocemos que puede ser una lucha. A continuación, algunas ideas sobre cómo hacer el trabajo, gestionar las responsabilidades familiares y no agotarte del todo en el proceso.

Haz que tu jornada laboral se adapte a tu horario

Las responsabilidades laborales y domésticas de cada uno son diferentes. Y la forma en que cada uno trabaja mejor desde casa también varía. Tal vez tengas que estar frente a tu ordenador portátil de 9 a 5 o tal vez puedas trabajar en un horario más flexible. Puede que tengas que ayudar a tu hijo con las clases en línea la mayoría de las tardes o que tengas que dar un paseo extra a tu perro todos los días ahora que estás en casa todo el tiempo. Quizá necesites alejarte de tus ruidosos compañeros de piso (ya sean tus amigos o tus hijos) para redactar informes, o quizá te resulte fácil enviar correos electrónicos con tus seres queridos cerca. Cualquiera que sea el aspecto de estos detalles para ti, deberían dar forma a tu día.

Piensa en tus necesidades y deseos

También querrás considerar cuándo necesitas y quieres trabajar, si tienes algo que decir al respecto, y qué tipo de acuerdo te hará más feliz o te ayudará a sentir más equilibrio. ¿Prefieres terminar tus últimos trabajos a deshoras, cuando tus hijos duermen, o quieres que ese tiempo esté prohibido? ¿Quieres hacer una pausa al mediodía para hacer ejercicio o empezar a cenar? ¿Acceder a un horario fijo todos los días ayuda o prefieres permitir que cada día sea más flexible?

Para muchos de nosotros, trabajar desde casa es un reto de equilibrio. Así que, en la medida de lo posible, piensa en lo que más te conviene, utiliza la forma de tu jornada laboral a tu beneficio y habla cuando creas que te convendría un nuevo horario diario.

Si tú y tu pareja trabajan desde casa y tienen hijos, hagan turnos

Una solución bastante sencilla para un reto bastante grande: uno de ustedes trabaja, mientras la otra persona cuida del pequeño, y luego cambian. Pueden trabajar en grandes franjas de tiempo, como un turno de mañana y otro de tarde, o cambiar cada dos horas. Puede que lo mejor para ti sea tener un horario fijo todos los días o que necesites ser más flexible, adaptándote a las reuniones, las llamadas y los plazos. Si tu horario es diferente de un día a otro, asegúrate de revisarlo juntos cada semana, o incluso por las mañanas cada día, para que ambos estén en la misma página y nadie se pierda una reunión o un plazo. Esta solución no es perfecta: puede ser difícil dar un paso atrás y establecer un horario cuando te ahogas en las tareas pendientes, pero muchos padres que trabajan en casa han descubierto que esta es su mejor opción.

Toma descansos para recargar y reconectar

Aunque puedas sentarte a trabajar, con la cabeza hundida en tu ordenador portátil, de 9 a 5, eso no significa que sea bueno para ti. Haz pausas periódicas para levantarte, estirarte y tomarte un respiro. Pon un recordatorio de alarma si lo necesitas. Si vives con otras personas, también puede ser significativo hacer pausas para volver a conectar con ellas: una pausa para comer es un buen momento para alejarse del trabajo, alimentarse un poco y platicar. Y si eres padre o madre, es importante que saques tiempo para conectar con tu pequeño. Si es muy pequeño, puede que te resulte difícil que trabajes separado de él todo el día; puede que necesite pasar tiempo de calidad contigo a lo largo del día. Las comidas pueden ser un buen momento para reconectar, al igual que la hora de la siesta. Encuentra tiempo para jugar o salir juntos (si es seguro hacerlo donde vives). Estos momentos también ayudan a interrumpir la jornada laboral y a recargar las pilas, ya que todo el mundo necesita hacer pausas regulares en su trabajo.

Establece expectativas y límites claros, y pide lo que necesitas para tener éxito

En la medida en que te sientas cómoda, sé honesta con tu empleador sobre tu realidad en casa. Tal vez prefieras no asistir a reuniones a mediodía para poder acostar a tu bebé para la siesta, o tengas que pedir a tus compañeros de trabajo que te envíen un correo electrónico en lugar de una videollamada cuando sea posible porque vives con compañeros de piso y no tienes mucho espacio privado y tranquilo disponible. Muchos empleadores hacen lo que pueden para ser flexibles y hacer adaptaciones ahora, pero esto es nuevo para todos, y puede que tu empleador no sepa que tienes problemas hasta que se lo digas. Del mismo modo, es posible que no sepa si se puede hacer un cambio hasta que lo pidas. Habla con honestidad a todas las personas con las que vives sobre las realidades de tu trabajo en este momento también. Incluso puedes hacer esto con los niños de forma adecuada a su edad. Puedes decirles: «Tengo que ir a trabajar a mi despacho durante tu hora de televisión para no tener que trabajar después de la cena». Y pide ayuda cuando la necesites.

Establece un espacio de trabajo designado

Una forma fácil de acostumbrarse a empezar el día de trabajo es sentarse en un espacio de trabajo designado, que puede ser un escritorio en un rincón del dormitorio o una oficina independiente en casa. Si trabajas en un espacio común, como la mesa de la cocina, ayuda a transformar ese espacio mientras trabajas, al menos un poco. Coloca todas tus cosas de trabajo en la mesa para empezar el día (ordenador portátil, cuaderno, bolígrafo, auriculares, entre otros) para tener todo lo que necesitas en un solo lugar. Y al final de la jornada laboral, límpialo para indicarte a ti mismo y a todos los que viven contigo que has terminado el día.

Si trabajas desde casa con niños, dales una señal

Puede ser un reto para los pequeños entender que, sí, estás en casa con ellos, pero que a veces no estás disponible porque estás trabajando. Los niños pueden beneficiarse de un marcador visual muy claro que comunique cuándo no estás disponible: puede funcionar algo como una señal de «ALTO/PASA» hecha a mano en rojo y verde para los niños pequeños o una simple nota que diga «¡Estoy en reunión!» escrita en una pizarra para los niños más grandes.

Utiliza las transiciones en tu beneficio

Las transiciones o rituales claros pueden ayudar a marcar el inicio y el final de la jornada laboral y siempre son útiles, pero en especial cuando se pierden las rutinas habituales. En lugar de empezar el día parando en un café o caminando hacia el autobús, inicia algunos rituales nuevos en casa. Por ejemplo, puedes sentarte a trabajar con una taza de café en tu vaso favorito, o terminar el día paseando a tu perro o jugando el juego favorito con tu hijo.

Vístete para el éxito

No estamos diciendo que por fuerza tengas que renunciar a tus mallas, pero la ropa es una poderosa herramienta que puede moldear tu estado de ánimo. Y, seamos sinceros, puede ser tan fácil ahora mismo salir de la cama, lanzarse de cabeza al día y, antes de que te des cuenta, ya es por la tarde y todavía estás en pijama. Vístete para tu día de trabajo de una forma que te ayude a sentirte bien, ya sea con una sudadera acogedora o con tu vestido favorito.

Saber cuándo estás fuera de servicio

Cuando trabajas desde casa, es fácil que el trabajo se extienda a todas las horas del día. Si puedes, establece horas claras en las que no estés trabajando. El trabajo es importante, pero necesitas y mereces tiempo para cuidarte a ti misma y estar del todo presente con tu familia.

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