Couple sits on couch in conversation
Dean Mitchell/E+ via Getty Images

Cómo afrontar el resentimiento en tu relación

Una cosa es irritarte con tu pareja en ocasiones. O hablemos con sinceridad, en muchas ocasiones. Pero otra cosa es cuando empieza a endurecerse hasta convertirse en un patrón continuo de amargura, que puede caracterizarse por una ira que aflora rápido, impaciencia, intensa decepción o una persistente sensación de injusticia. Hablemos de cómo afrontar el resentimiento en tu relación.

El resentimiento en sus diversas formas suele acumularse con el tiempo, y puede ser uno de los mayores asesinos de las relaciones, en especial para padres ocupados y sobrecargados. Si el resentimiento se acumula, es posible que empieces a perder la empatía con tu pareja, te cierres emocionalmente y evites tanto la conversación como la intimidad.  

El problema es que esto solo empeora las cosas, ya que el resentimiento tiene que ser abordado para ser resuelto; y lo más importante, para evitar que dañe tu relación y tenga un impacto negativo no solo en tu propio bienestar, sino también en el de tus hijos y tu pareja.

Identifica las señales de alarma (para ambos)

Estos son algunos de los indicadores más comunes de que puedes estar albergando resentimiento hacia tu pareja:

  • Sensación de división desigual del trabajo (p. ej., en la crianza de los hijos, los quehaceres del hogar, etc.).
  • Sentir menosprecio, traición o tratamiento injusto.
  • Mayor irritabilidad, disgusto y/o agresividad pasiva.
  • Afirmaciones amargadas como «Tú siempre…» o «Tú nunca…».
  • Menos respeto hacia tu pareja. 
  • Poco o ningún interés por el sexo o la intimidad.
  • Quejarse con frecuencia de tu pareja a otras personas.

En cuanto a tu pareja, o la persona que percibe tu resentimiento, puede notar:

  • Mayor distancia emocional y/o desconexión entre ustedes.
  • Aumento de la tensión y de las discusiones, pero sin entender por qué.
  • Sentir ignoro, crítica o aislamiento, lo que provoca confusión y ansiedad.
  • Aumento de la vergüenza y la desesperanza sobre la dinámica notablemente infeliz.

Afrontar lo más importante: la división del trabajo

Desde lavar uniformes hasta organizar viajes compartidos y hacer cumplir las reglas, la lista de tareas diarias de padres de adolescentes puede parecer interminable. No es de extrañar que uno de los caminos más comunes hacia el resentimiento sea sentir que estás asumiendo muchas más obligaciones parentales y los quehaceres domésticos que tu pareja.  

Si parece que eres tú quien lleva la carga, o que tu pareja no hace lo que le corresponde, es importante plantearlo de forma proactiva para evitar que se convierta en algo tóxico. Cuando estés tranquila, comparte cómo te sientes y describe con detalle cuáles son tus necesidades y expectativas. No des por sentado que tu pareja ya lo sabe.  

De allí, ve cómo se siente tu pareja y si hay algún malentendido. Es posible que quiera ayudar más pero tenga miedo de hacer las cosas mal, o de no estar a la altura de tus criterios de crianza. En ese caso, puedes hacerles saber que el objetivo no es la perfección, sino ser un equipo. Es en verdad importante apropiarse de esta pieza, ya que las madres o padres que principalmente se encargan más de los hijos y del hogar a menudo les gusta que las cosas se hagan «a su manera». Puede que lo mejor de tu pareja sea distinto de lo que esperabas, pero no es el momento de criticar ni de ser inflexible.

Herramientas y trucos a probar

Puede ser útil tratar de definir (o redefinir) con regularidad quién es responsable de qué y, si es posible, ponerlo por escrito para poder revisarlo y actualizarlo. Aunque no sea del todo equitativo, tiene que parecer un reparto justo de responsabilidades para ambos. Estos chequeos pueden ayudarte a sentir más el apoyo, y recordarle a todos lo que está resultando bien y lo que necesita más trabajo. Recuerda que ahora que tus hijos son mayores, puede que ciertas responsabilidades empiecen a pasar a ellos también. No pueden aprender sin algunos fracasos en el camino, por lo que padres siempre pueden figurar como «respaldo».

Cuando el resentimiento vuelva a asomar la cabeza, otro truco es pensar en las buenas cualidades de tu pareja y en las aportaciones que hace. Otra forma de ver esto es asumir que tu pareja tenía buenas intenciones, ya sea por algo que hizo o por algo que dijo. Puede ayudarte a poner las cosas en perspectiva y cultivar la gratitud. Al fin y al cabo, nadie está libre de defectos, ni siquiera tú, y toda relación requiere esfuerzo y compromiso. 

Y aunque es poco probable que la contribución de cada uno de ustedes sea igual en todas las categorías (quehaceres, mantenimiento del hogar, cuidado infantil, entre otros), cuando das un paso atrás y miras el panorama general, deberías sentir que son un equipo y que están juntos en esto. Todo cambio es un proceso, así que dale tiempo a tu nueva perspectiva y organización para que den sus frutos.

Estar juntos

Como padres, a menudo tenemos la sensación de que el tiempo que pasamos los dos solos es escaso. Incluso cuando te escapas para una cita, gran parte de ese tiempo puedes dedicarlo a ocuparte de las cosas mencionadas antes. Salir con tu pareja no tiene por qué llevarte mucho tiempo ni ser caro. Pero deben evitar hablar sobre el mantenimiento del hogar o las preocupaciones por los niños. Reservar incluso 30 minutos juntos para pasear y hablar o escuchar un podcast divertido es una forma de reconectar poco a poco. Si sienten resentimiento, esto les permite empezar poco a poco a disfrutar el uno del otro sin la presión de una cena cara de varias horas. Tus hijos son conscientes del esfuerzo que hacen por ser pareja, y establece un magnífico ejemplo de ese esfuerzo.

Resentimiento en la relación: cuándo buscar más ayuda

Si han intentado abordar el tema y la conversación no va bien, o nada ha mejorado, quizá deban plantearse acudir a terapia de pareja para que un terapeuta experimentado les ayude a navegar asuntos delicados. Es un compromiso, pero también lo es la relación. 

También hay cursos de relaciones en línea que pueden ayudarles a mejorar la comunicación como pareja y la coparentalidad, que es la mayor herramienta que tienen para sobrellevar juntos los altibajos. Una comunicación sana puede marcar la diferencia cuando surja el próximo conflicto en la vida. Buscar ayuda no es señal de que algo va mal, es una inversión en tu familia y en tu relación.

Revisado por el equipo clínico de Ovia Health


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