Hablar del control de la natalidad y sexo seguro

No hablar de sexo con tu hijo o hija no evitará que tenga relaciones sexuales. Las investigaciones (enlace en inglés) lo demuestran. Es del todo normal sentirse un poco abrumada ante la idea de la conversación, pero, de nuevo, no hablarle sobre sexo no evitará que tenga sexo. Si no estás segura de cómo hablarle sobre sexo seguro, sigue leyendo. A continuación encontrarás 6 consejos para hablar con tu hijo o hija sobre control de la natalidad, sexo seguro y mucho más. 

1. No esperes a que sea adolescente para abordar el tema

¿Cuál es el mejor momento para empezar a hablarle de sexo? Ayer. En términos generales, los niños saben más sobre sexo y tienen relaciones sexuales mucho antes de lo que padres creen. Entonces es importante hablarle sobre sexo desde temprano. 

Mejor aún, empieza a mantener conversaciones continuas sobre su cuerpo, su biología y su consentimiento a un ritmo adecuado a su edad a lo largo de toda su niñez. 

Dicho esto, si estás leyendo esto y aún no has empezado a hablar de sexo con tus hijos, no te preocupes. ¡Ahora es un buen momento para empezar! Incluso podrías decirle que esta conversación debería haber empezado hace años. Por ejemplo, podrías decir: «Debería haber empezado a tener estas conversaciones contigo hace años, pero me gustaría mucho que empezáramos a tener un diálogo abierto sobre sexo y relaciones ahora».

2. Infórmate de forma continua

Aunque tú o tu(s) pareja(s) utilicen métodos anticonceptivos, lo más probable es que ahora existan tipos de anticonceptivos que no existían cuando tuviste tus primeras relaciones sexuales.

Tu turno: Tómate tu tiempo para informarte sobre las distintas formas del control de la natalidad que en la actualidad existen en el marcado: hormonales y no hormonales, permanentes y según las necesidades, programados y de bajo mantenimiento. 

Es probable que tu hijo o hija en la escuela media no tenga que entender todavía los entresijos de estas opciones. Pero, independientemente de su sexo o género, ¡lo harán antes de lo que imaginas! Educarte de forma proactiva te ayudará a estar preparada para compartir información precisa cuando surjan los temas.

3. Habla con honestidad

¿Sientes incomodidad? Compártelo. ¿No sabes la respuesta a alguna de sus preguntas? Dilo y ofrécete a buscar la respuesta. ¿Te ha preguntado por tu primera vez? Háblale de ello (de forma adecuada a su edad). 

Cuando eres sincera con tu preadolescente durante estas conversaciones, le estás enseñando que la relación contigo se basa en la confianza y la honestidad.

4. Ayúdale a comprender una definición amplia del sexo

Muchos adultos crecieron creyendo, y quizá siguen creyendo, que el sexo se caracteriza solo por la penetración vaginal y anal. Pero, en realidad, el sexo es cualquier acto significativo de placer y, cuando le definas el sexo, deberías utilizar esta definición. 

Además de incluir una gama más amplia de identidades sexuales y de género, esta definición le ayudará a entender que el coito no es el único acto sexual con riesgos potenciales. Al fin y al cabo, las ITS también pueden transmitirse durante actos sexuales como el sexo oral y el sexo con las manos. 

Además, esta definición incluye el cibersexo como sexo, lo que puede ayudarle a tomar decisiones más informadas sobre el uso de la tecnología en el futuro.

5. Menciona todas las barreras

Muchos programas de educación sexual, o al menos los que incorporan prácticas sexuales seguras, hablan de los condones, de cómo utilizarlos y de por qué son importantes. Sin duda, el uso del condón es una forma espectacular de reducir el riesgo de embarazo no deseado y/o de transmisión de ITS durante el coito P-en-V, el coito anal y la felación. 

¡Pero los condones no son la única barrera! También existen barreras bucales y condones internos. Las barreras bucales pueden utilizarse para reducir el riesgo de transmisión de ITS durante el cunnilingus, el analingus y el coito vulva con vulva. Y los condones internos son una opción de barrera alternativa para reducir los riesgos asociados a las relaciones sexuales anales o vaginales con penetración. 

Si tu hijo o hija es de los que aprenden con las manos, plantéate comprar una caja de estos distintos métodos de barrera para que vea cómo se estiran y funcionan, y cómo vienen empaquetados.

6. Habla de los efectos secundarios físicos y emocionales del sexo

Muchas conversaciones sobre sexo con preadolescentes se centran solo en los posibles efectos secundarios físicos: embarazo y transmisión de ITS. Como resultado, muchos jóvenes no están preparados para los efectos emocionales secundarios del sexo, tanto si las emociones son positivas como negativas. 

Ayuda a tu preadolescente a entender que puede sentir cualquiera de las emociones siguientes, u otras, después de haber tenido sexo:

  • relajación
  • conexión 
  • satisfacción
  • sueño
  • vulnerabilidad
  • cariño
  • asco
  • vergüenza 
  • culpa

En esta conversación, explica qué tipos de situaciones sexuales pueden provocar sentimientos menos positivos y qué tipos pueden provocar sentimientos más positivos. También puedes enumerar las señales que indican que una persona es mentalmente segura para tener contacto físico con esa persona. Por ejemplo: empatía, consideración, positividad sexual, buen oyente, entre otros. 

La presión para tener relaciones sexuales, o para esperar, puede ser un reto increíble para preadolescentes y adolescentes. Contar con un padre/madre de confianza con quien hablar y tratar sus sentimientos tiene un valor incalculable. Ofrécele un canal abierto, sin prejuicios ni castigos para explorar y aprender sobre este muy importante tema.

Revisado por el equipo clínico de Ovia Health

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