7 maneras de conectar con hijos mayores

Aunque los bebitos y pequeñines tienen sus propios retos, conectar con ellos suele ser bastante fácil. Para muchos, basta con acurrucarse, leer un buen libro y escuchar algunas canciones antes de acostarse, y ya están embelesados. Sin embargo, a medida que crecen y sus mundos empiezan a expandirse (mucho) más allá de nosotros, puede resultar más difícil sentirnos tan unidos y conectados a ellos como antes. Si estás luchando por conectar (enlace en inglés) con tu hijo o hija mayor, no eres la única persona. 

A medida que los niños dejan de querer pasar cada minuto con nosotros, tenemos que asegurarnos de que los minutos que tenemos están llenos de conexión intencionada. Sigue leyendo para obtener consejos para conectar con tu pequeñín de primaria.

Revisa tu horario

Puede ser emocionante cuando nuestros hijos empiezan a desarrollar y explorar nuevos intereses. Ya se trate de deportes, artes o citas para jugar con las amistades, esta excitación hace que sea fácil dejarse llevar. Si pasas más tiempo yendo y viniendo de las actividades que en casa, es difícil que sientas que están pasando tiempo de calidad juntos. Mientras se avecina la temporada, piensa cuánto tiempo te parece bien que pase fuera de casa, y haz lo posible por reservar varias noches a la semana como «libres de actividades». 

Aprovecha los momentos cotidianos

Incluso si tienes cuidado de no sobrecargarle, la vida puede ser muy ajetreada. Por suerte, no necesitas horas y horas de tiempo ininterrumpido para conectar con tu hijo o hija. Mientras haces todas las cosas habituales a lo largo del día (cocinar, ir a la compra y viajes a la escuela), procura utilizar esos minutos «habituales» de forma intencionada. 

Pídele que te acompañe mientras recoges los ingredientes de la cena y háblale de sus comidas favoritas o deja que te pregunte sobre tu infancia mientras vas a recoger a su hermanito a la guardería.

Busquen la conexión durante el tiempo de inactividad

Para muchas familias, el tiempo de inactividad en casa significa que los niños están jugando o viendo una película, mientras los padres cocinan, limpian e intentan hacer otros quehaceres. Aunque no puedes dejar los platos a un lado para siempre, por lo general puedes hacer una pausa al menos durante un rato cada día. Si está viendo una película, haz palomitas, toma una colcha y acurrúcate, o si está jugando con bloques, siéntate y rétale a un concurso de construcción de cohetes. Haz todo lo posible por desconectar del teléfono, silenciar la lista de tareas pendientes de tu mente y compartir por completo la experiencia con ellos. 

Enséñales algo nuevo

La mayoría de los niños no pueden resistirse a aprender algo nuevo. Aunque tengas que tener una estrategia con lo que enseñas (una clase individual de maquillaje o un tutorial de pesca pueden ser más populares que una lección de lavandería), es probable que esté alegre de adquirir una nueva habilidad a tu lado. Si ambos tienen un interés común en el que aún no son expertos, considera la posibilidad de tomar una clase y aprenderlo juntos.

Hazle buenas preguntas (y escucha de verdad)

A veces, hablar con alumnos de primaria puede parecer que estás hablando con una pared. Les preguntas qué han hecho en el campamento de verano o en la escuela durante todo el día y te responden con el temido «eh, nada». Este tipo de respuesta es señal de que necesitas hacer mejores preguntas. En lugar de hacer preguntas generales sobre su día y su vida, haz preguntas concretas que le haga hablar. Considera preguntar cosas como: «¿Cuál es tu comida favorita en la cafetería?», «¿Con quién has jugado hoy en el recreo?» o «Háblame de quienes se sientan en tu mesa en clase?».

Haz de juguetona

A veces, ponerse de juguetona es la mejor manera de ayudarles a sentirse cerca de ti. Canta y baila con ellos, juega al pilla-pilla o al escondite o déjale que haga de peluquero mientras tú te preparas para un cambio de imagen. Si esto no es lo tuyo, compra un libro de chistes o adivinanzas y léanlo por turnos durante la cena o en el coche. Compartir la risa es una experiencia que crea lazos, independientemente de cómo empienzan las carcajadas.  

Haz del tiempo de enfoque una prioridad 

Sin importar lo que hagan juntos, no hay nada mejor que la atención individualizada. Incluso diez minutos al día pueden ayudar a mantener fuerte el vínculo entre padres e hijos. A medida que trabajes para conectar a lo largo del día, incluye un tiempo de enfoque garantizado para asegurarte de que tu hijo o hija sepa que hay una parte del día en la que tiene toda tu atención, pase lo que pase. Ya sea a la hora de dormir, después de la escuela o en los primeros minutos del día, asegúrate de que no tienes el móvil, de que el ordenador está cerrado y de que le das tu todo.

Aunque la dulzura de los años de bebitos y pequeñines puede estar en el retrovisor, tienes muchas cosas buenas que esperar. A medida que crezca y se desarrolle, tu forma de relacionarte también cambiará. Dedicarles un poco más de cariño contribuirá en gran medida a mantener fuertes esos lazos mientras se acercan a la adolescencia.


Leer más

Cómo ayudar a los hermanos a llevarse bien

Qué hacer cuando tu pequeñín se niega a ir a la escuela

Get the Ovia Parenting app
Get our app at the Apple App Store Get our app at the Apple App Store Get our app at the Google Play Store Get our app at the Google Play Store