Two children stand in the kitchen looking disgusted at a spoon of food.
StockPlanets/iStock/Getty Images Plus via Getty Images

Niños quisquillosos con la comida: Consejos y orientación para niños de 10 años

Hasta la mitad (enlace en inglés) de los niños en edad escolar son quisquillosos con la comida. Y aunque a la mayoría se les pasa, los hábitos alimentarios quisquillosos pueden prolongarse hasta la adolescencia.

Si a tu hijo de 10 años no le gusta probar alimentos nuevos, no eres la única. Muchos niños, y también muchos adultos, dudan ante sabores, olores, texturas y colores desconocidos.

Entonces, ¿cuál es la respuesta? Sigue leyendo para consejos e ideas para niños quisquillosos de 10 años.

Lo que puedes intentar

Intentar convencer a un niño testarudo de que coma alimentos variados puede ser una tarea frustrante, sobre todo cuando la mayoría de los intentos fracasan. Aunque no existe una solución única e infalible, he aquí algunas cosas que podrían funcionar.

Hacer la compra juntos

Pregúntale si quiere acompañarte al supermercado. Anímale a elegir algunas frutas, verduras, meriendas saludables y quizá algo nuevo que puedan probar a cocinar juntos en casa. Permítele algunos grandes momentos de sí, aunque sea algo que estés convencida de que nunca probarán.

Explora un libro de cocina infantil saludable

Considera la posibilidad de comprar un libro de cocina para niños. A los 10 años, su hijo quizá pueda seguir por sí mismo recetas de comidas o meriendas sencillas. Si no se animan, prueben unos cuantos juntos. También hay montones de vídeos de cocina para niños en YouTube, lo que facilita seguir instrucciones adaptadas a los niños.

Empezar poco a poco

Al ofrecer nuevos alimentos, la Mayo Clinic recomienda empezar con porciones pequeñas (enlace en inglés): dos o tres bocados es suficiente. Las grandes cantidades pueden resultar abrumadoras, sobre todo cuando se trata de alimentos desconocidos.

Espera y ofrécelo de nuevo más tarde

Como muchos padres saben, los gustos y preferencias de los niños siempre cambian. Aunque haya intentado (o se haya negado en redondo) a comer ciertas cosas a una edad más temprana, puede que merezca la pena volver a ofrecerle alimentos que antes rechazaba.

A veces, pueden ser necesarios varios intentos antes de que recapaciten. Pero mientras no seas demasiado insistente y espacies tus intentos, no pasa nada por intentarlo de nuevo.

Comer en familia

No hará que un niño quisquilloso se vuelva más aventurero por arte de magia, pero comer en familia (enlace en inglés) puede ayudar a la causa. Apaga la tele, guarda todos los aparatos (incluidos los teléfonos de los padres) y reúnanse alrededor de la mesa para disfrutar juntos de una comida y charlar sobre la vida.

Evita las órdenes personalizadas

Quieres que tu hijo coma algo, así que preparar comida que sabes que le gusta es comprensible. Sin embargo, la Mayo Clinic desaconseja las órdenes de comida. Si te comprometes a hacer una sola comida para toda la familia, tu hijo de 10 años no asumirá que harás otra cosa si rechaza lo que tiene delante. Es importante seguir ofreciendo algo que parezca un alimento seguro para tu hijo. Que sea una porción de fruta o una cesta de pan depende de tu plan de comidas. Pero muchos niños quisquillosos no comen algo nuevo o algo que antes no les gustaba, aunque tengan hambre. 

Habla de nutrición

Hablarle de nutrición de una forma fácil de digerir puede ayudarle a entender por qué es importante comer distintos alimentos. Para reforzar el relato, puedes añadir que seguir una dieta variada les ayudará a crecer fuertes, tener más energía y rendir bien en la escuela.

Da el ejemplo

También es importante predicar con el ejemplo y esto incluye la restricción alimentaria. Restringir los alimentos puede tener un efecto negativo o aumentar la probabilidad de atracones. Si te esfuerzas por seguir una dieta equilibrada y tener una relación sana con la comida, puedes animar a tu hijo a hacer lo mismo. Al igual que comer juntos, ésta no es la única pieza del rompecabezas cuando se trata de llegar a un niño quisquilloso, pero puede ayudar.

No lo fuerces

Si tu hijo no tiene hambre o no le gusta nada de lo que acaba de probar, no le obligues a comer. Aunque fomentar los buenos hábitos es crucial, presionar a menudo crea aún más resistencia. Imagínate cómo te sentirías si te obligaran a probar algo poco apetecible para ti. 

Además, aunque ser quisquilloso con la comida es habitual, algunos niños tienen paladares más sensibles y otros pueden tardar más en superar esta etapa. Respeta los gustos de tu hijo, escucha sus opiniones y no dudes en ponerte en contacto con su pediatra para que te oriente en materia de nutrición o para que te ayude en caso de que sea muy exigente.

Revisado por el equipo clínico de Ovia Health


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Fuentes

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