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Tu guía para los once años

Esta guía pretende ofrecer un contexto de lo que puedes esperar del desarrollo neurotípico de un niño de once años. Los hitos y el desarrollo son diferentes para cada persona.

Los once años traen consigo un montón de nuevas etiquetas: preadolescente, adolescente jóven y adolescencia temprana, por nombrar algunos. Aunque a los 11 años te siga pareciendo pequeño, suele ser un año de crecimiento repentino, dolores de crecimiento (físicos y emocionales), inicio de la pubertad y cambios en las relaciones.

A esta edad de 11 años querrá tomar más decisiones sobre amistades, deportes, estudios y escuela por sí mismo. Aunque no siempre te de motivos para pensar así, recuerda que tú, su padre o madre o cuidador principal, le sigues siendo muy importante. Necesita saber que le apoyas para que tenga el valor y la confianza de probar cosas nuevas y salir de su zona de confort. 

Además, tu apoyo detrás de las escenas y tus ánimos pueden ayudarle a alcanzar sus hitos de desarrollo. Así que no te preocupes: aunque se haga mayor, sigue necesitando que le cuides y le eduques.


Los principales hitos del desarrollo a los 11 años

1. Desarrollo de las capacidades lingüísticas y cognitivas a los 11 años

Por desarrollo cognitivo se entiende el crecimiento de la capacidad para pensar y razonar. La adolescencia marca el inicio del desarrollo de procesos de pensamiento más complejos para tu hijo o hija de 11 años, incluido el pensamiento abstracto y la capacidad de formular sus propias ideas o preguntas nuevas. A los 11 años puede tener la capacidad de:

  • Reconocer que sus acciones ahora podrían tener consecuencias más adelante (a los 11 años vive menos «en el momento presente» que los más pequeños).
  • Pensar y planificar el futuro.
  • Ser más tolerante con las zonas grises frente al blanco y negro, lo correcto o lo incorrecto, o el pensamiento concreto.
  • Empatizar y comprender las perspectivas de otras personas.
  • Concentrarse durante más tiempo en un objetivo concreto y no desviarse de la tarea.
  • Experimentar un mayor sentido de la responsabilidad por sus palabras, acciones y comportamientos.
  • Ampliar su vocabulario.
  • Aprender y apreciar los matices del lenguaje, como las coloridas expresiones, la jerga y los chistes internos, en especial con las amistades.

Algunos signos comunes de trastornos del habla a esta edad son: omitir palabras clave al hablar, apoderarse de las conversaciones o no entender adivinanzas o chistes. Si te preocupa su habla a los 11 años, comunícate con el proveedor de atención médica.

2. Hitos del aprendizaje social y emocional a los 11 años

Convertirse en un alumno de escuela media puede introducir dinámicas sociales más complejas en su día a día. Los cambios de amistades, los grupitos y el aumento de las hormonas pueden hacer que tú y tu hijo o hija preadolescente se sientan como si estuvieran en una montaña rusa emocional. Como resultado, puede:

  • Experimentar baja autoestima, depresión (enlace en inglés) y agresividad.
  • Sentirse muy cohibido (preocupado por cómo los demás le perciben).
  • Tener que hacer frente al estrés académico y a tareas escolares más exigentes.
  • Expresar menos afecto hacia ti (no te lo tomes como algo personal, ¡es normal!).
  • Desarrollar habilidades de autorregulación (enlace en inglés), como gestionar sus pensamientos y sentimientos para permitir acciones dirigidas a un objetivo.
  • Comprender mejor la dinámica social.
  • Utilizar habilidades de comunicación más eficaces en las interacciones sociales y académicas.

3. Habilidades físicas y motoras a los once años

A esta edad puede parecer torpe durante este año de rápido crecimiento; no te preocupes, su cerebro solo necesita tiempo para adaptarse a sus miembros más largos y a su cuerpo en crecimiento. Las habilidades motrices son las que nos ayudan con los movimientos y actividades que realizamos a diario. Tu hijo o hija de 11 años perfeccionará sus habilidades motrices, su equilibrio, su coordinación, su tiempo de reacción y su fuerza física a medida que crezca y se haga más grande y fuerte. A los 11 años:

  • Puede empezar a mostrar signos de pubertad, como el desarrollo de los senos, el crecimiento del vello axilar y púbico o el aumento del tamaño de los testículos y del vello corporal. 
  • Por lo general, la menstruación comienza dos años después del desarrollo de los senos, lo que puede ser un buen momento para empezar a hablar de la menstruación (y asegurarse de que hay suministros a mano) si aún no lo has hecho. La edad media de inicio de la menstruación es de doce años y medio.
  • Puede desarrollar olor corporal, acné o experimentar crecimiento repentino. Recuérdale la importancia de bañarse con regularidad y abastece el baño con jabón corporal y otros productos como desodorante. La burla o hacerle que se sienta cohibido puede ser contraproducente; lo que necesita es un apoyo considerado.
  • Puede tener dolores de crecimiento en las piernas por la noche. Aunque no se deben a un estirón, los dolores de crecimiento son normales.
  • Tendrá una escritura más ordenada y mostrará una mejor motricidad fina cuando utilice herramientas, toque instrumentos o practique deportes con palos o raquetas.

Vacunas a los 11 años

A los 11 años, los CDC, la Academia Americana de Médicos de Familia y la Academia Americana de Pediatría recomiendan encarecidamente que reciba todas las vacunas según el calendario de vacunación recomendado. Deben recibir vacunas, refuerzos o vacunas para ponerse al día para protegerles de las siguientes enfermedades:

  • Enfermedad meningocócica (una dosis de vacuna MenACWY).
  • VPH (dos dosis de vacuna).
  • Tétanos, difteria y tos ferina (una dosis de vacuna Tdap).
  • Influenza (gripe) (una dosis de vacuna al año).
  • COVID-19 (según las recomendaciones de los CDC).

Los preadolescentes y adolescentes corren un mayor riesgo de contraer la enfermedad meningocócica, una enfermedad poco frecuente. Todos los niños de 11 y 12 años deben recibir la vacuna antimeningocócica conjugada (MenACWY). Los CDC recomiendan una dosis de refuerzo a los 16 años.

Alimentación sana y actividad física a los 11 años

Es una edad estupenda para que tu hijo o hija siga aprendiendo a elegir los alimentos a medida que se hace más independiente. Recuerda que siempre puedes hablar con el proveedor de atención médica de tu preadolescente sobre cualquier preocupación nutricional, sobre todo si practica mucho deporte o le interesa en un cambio como hacerse vegetariano. También tiene edad suficiente para ayudar a planificar algunas comidas, e incluso para participar de manera activa en la cocina. Aquí tienes otros consejos:

  • Sírvele una dieta balanceada (enlace en inglés) con proteínas, cereales integrales, frutas, verduras y mucha variedad.
  • Los preadolescentes en edad de crecimiento pueden tener necesidades nutricionales diferentes a las de los adultos. Por ejemplo, ¡pueden sentir hambre por una gran cantidad de energía de carbohidratos! Sigue fomentando hábitos alimentarios que respete lo que le apetece y la cantidad que necesita comer (evita extremos como los clubes de plato limpio o no permitir repetir).
  • Limita el consumo diario de jugo 100 %, bebidas deportivas u otras bebidas azucaradas a no más de 120-180 ml (4-6 onzas).
  • Intenta ofrecer a tu familia cinco raciones de fruta y verdura al día.
  • Las revisiones dentales periódicas ayudarán a prevenir las caries y a encontrar el momento adecuado para los aparatos de ortodoncia si los necesita. Los niños suelen llevar aparatos de ortodoncia entre los 11 y los 13 años.
  • A esta edad debe realizar al menos 1 hora de actividad física moderada a intensa (enlace en inglés).
  • El deporte es una forma excelente de que los niños y adolescentes se mantengan activos y puede incluso ayudarles a concentrarse en general.
  • Los niños deben dormir entre 9 y 12 horas cada noche (enlace en inglés). Mantener todos los aparatos electrónicos y pantallas fuera de su dormitorio es una buena forma de dar prioridad a dormir lo suficiente.

Mantener los niños de 11 años seguros

A medida que tu hijo o hija de 11 años va adquiriendo independencia, puede ser un momento angustioso para padres de familia y cuidadores. Tranquilízate estableciendo expectativas claras y no negociables en materia de seguridad, por ejemplo:

  • Llevar casco cuando ande en bicicleta, patinete, monopatín, quad o moto y cuando se practica moto de nieve, esquí, snowboard o deportes de contacto. 
  • Evitar el tabaquismo pasivo, que aumenta el riesgo de enfermedades cardiopulmonares. Habla con tu preadolescente sobre cómo el consumo de nicotina y marihuana puede causar daños duraderos en su cerebro que aún está en desarrollo. 
  • Llevar puesto el cinturón de seguridad.
  • Nunca jugar con armas. Sigue siendo tu trabajo verificar si hay armas en cualquier hogar en el que pase tiempo. 
  • No probar drogas ni alcohol. Las investigaciones demuestran que transmitir a tus hijos el mensaje claro de que desapruebas el consumo de alcohol y drogas entre menores influirá en su decisión frente a la presión social. Consulta este artículo sobre cómo mantener abiertas las líneas de comunicación. 
  • Aprender las técnicas del consentimiento (enlace en inglés) puede ayudar a reducir la coacción, el acoso y las agresiones sexuales. Nunca son demasiado jóvenes para entender cómo pedir y dar su consentimiento en las relaciones de amistad y de pareja.

Tiempo frente a la pantalla

Muchos preadolescentes creen que su vida social no existiría sin las redes sociales. Puede ser agotador y frustrante ser el «policía de las pantallas», pero el cerebro de tu joven adolescente no se ha desarrollado lo suficiente como para resistir la naturaleza adictiva de las pantallas. Necesita tu ayuda para establecer límites que regulen el uso del vídeo, la televisión y la computadora a menos de 2 horas diarias. Tú puedes ayudar a garantizar que el tiempo frente a la pantalla no sustituya el sueño, la actividad física o la socialización cara a cara con compañeros y adultos. Puedes lograrlo al:

  • Establecer y respetar límites de tiempo frente a la pantalla.
  • Utilizar controles parentales para limitar los contenidos que ve.
  • Supervisar de manera activa los tipos de medios, aplicaciones, programas, películas o juegos que tu preadolescente ve. Common Sense Media ofrece reseñas de medios de comunicación y consejos para padres de familia sobre el uso saludable de medios. 
  • Hablar sobre cómo es el ciberacoso.
  • El tiempo de juego no tiene por qué ser un tiempo a solas para tu preadolescente. En su lugar, prueba a jugar a un videojuego con tus hijos. Es una forma estupenda de demostrarles el espíritu deportivo y etiqueta en el juego sin darles lecciones.
  • Lo más probable es que a los 11 años te pida su propio teléfono inteligente. Redacta un contrato telefónico y entabla una sana conversación familiar con tu hijo o hija de 11 años sobre la edad adecuada para tener un teléfono. Recuerda que tu familia no tiene por qué parecerse a la de tu vecino, y que a cada niño le funcionarán unos plazos diferentes.

Temas de conversación y trucos de parentalidad para niños de 11 años

Mantener la conexión a medida que los niños se acercan a la adolescencia y se hacen más independientes puede resultar cada vez más difícil. Sin embargo, hacer varias preguntas que vayan más allá de «¿Cómo estuvo tu día?» puede ayudarte a saber más sobre el tipo de adulto en el que se está convirtiendo te preadolescente.

Preguntas para tu hijo o hija de 11 años:

  • ¿Qué es lo que has hecho hoy de lo que sientes más orgullo?
  • Cuéntame alguna vez que alguien haya herido tus sentimientos. ¿Por qué crees que duele tanto?
  • ¿Hay algo en el futuro que te preocupe en este momento? ¿Por qué?
  • ¿Hay alguien que haya sido una mala amistad para ti? ¿Cómo has respondido? 
  • Si pudieras viajar a cualquier parte, ¿a qué lugar te gustaría ir más que a ningún otro? 
  • Cuando vean juntos una película, un programa de televisión o las noticias, pregúntale: «¿Por qué crees que trataron así a esa persona? ¿Fue por su sexo o por el color de su piel?».
  • No tengas miedo al sí/no o a las preguntas sencillas. Si tu preadolescente no siente muchas ganas de platicar, unas cuantas preguntas más directas pueden preparar el terreno y hacer que hable. ¿Qué había para comer hoy? ¿Ah, sí? ¿Quién estaba allí? Genial, ¿qué llevaban puesto?
  • Algunos niños también se abrirán con más facilidad si caminas y hablas, o hablas mientras ellos están un poco distraídos ayudándote a cocinar, etc. No hace falta que cada conversación sea un momento de enseñanza o esté llena de contacto visual para que sientan la conexión.

Formas de ayudarles a crecer y desarrollarse:

  • Muestra interés por el desarrollo de la identidad, los pensamientos y las creencias de tu preadolescente. Formular algunas de las preguntas anteriores y prestar toda tu atención a sus respuestas (¡apaga el teléfono!) es una buena manera de empezar.
  • Los cambios físicos de la pubertad pueden resultar confusos y embarazosos para los preadolescentes. Consulta You-ology (enlace en inglés), una nueva guía sobre la pubertad de la Academia Americana de Pediatría, si tienes dificultades para hablar de manera cómoda sobre la pubertad con tu hijo o hija de 11 años.
  • Habla de forma positiva sobre la identidad de género y lee sobre términos de género e identidad sexual (enlace en inglés).
  • Asígnale quehaceres o trabajos domésticos, como descargar el lavaplatos. De este modo, podrás enseñarle a realizar tareas cotidianas y actividades que harán de forma independiente en un futuro no muy lejano.
  • Considera la posibilidad de darle una mesada y contratarle para que te ayude en otros quehaceres domésticos para enseñarle a administrar (y ahorrar) dinero.
  • Participa en las actividades escolares, deportivas o de otro tipo, aunque no quiera. Conoce a otras personas importantes (adultos y compañeros) en su vida.

¡Este va a ser un año emocionante para tu familia!  

Revisado por el equipo clínico de Ovia Health


Fuentes

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