Nos demos cuenta o no, la mayoría de nosotros mantenemos un diálogo interno. Este diálogo, a veces llamado «autoconversación», está moldeado por la manera en que experimentamos el mundo, y al igual le da forma. Piensa en la última vez que tuviste que hacer algo que no se te da muy fácil; ¿te encontraste pensando algo así como: «Esto es complicado, pero me lo tomaré con calma y lo haré lo mejor que pueda», o algo más parecido a: «Nunca se me dará esto, ¡soy tan torpe!». No es de extrañar que si tuviste un pensamiento más parecido al primero, quizá acabaste el deber sintiéndote mejor contigo misma que si tuviste un pensamiento más parecido al segundo.
Al igual que los adultos, los adolescentes y preadolescentes tienen diálogo interno positivo o negativo. Aunque es normal tener pensamientos negativos de vez en cuando, mucho diálogo interno negativo puede dañar la confianza de los niños, hacer que estén menos dispuestos a probar cosas nuevas y provocar sentimientos de incompetencia y decepción. Sigue leyendo para saber cómo combatir el diálogo interno negativo de tu hijo o hija y ayudarle a sentirse fuerte y lleno de confianza.
Sé consciente de cómo hablas de ti misma
¿Cuántos de nosotros hemos dicho por casualidad delante de nuestros hijos cosas como «no sé cocinar muy bien» o «no me queda bien el color rojo»? Aunque estas afirmaciones puedan parecer bastante inocentes, nuestros hijos escuchan todo lo que decimos sobre nosotros mientras aprenden a pensar sobre sí mismos. La próxima vez que cometas un error o te sientas mal por algo, presta atención a cómo expresas tus sentimientos sobre ti misma.
Háblales sobre cómo combatir la autoconversación negativa
Muchos niños no saben lo que es el diálogo interno, y mucho menos saben que es algo que pueden controlar. Háblales sobre el diálogo interno y lo importante que puede ser hablarte de manera positiva a ti mismo. A veces, una pregunta tan sencilla como «¿Qué le dirías a tu mejor amiga sobre eso?» puede ayudarles a reconocer el diálogo interno negativo en el momento.
No ignores sus pensamientos o sentimientos negativos
Como padres, a menudo queremos arreglar los sentimientos negativos de nuestros hijos lo antes posible. Eso puede hacer que a veces queramos decirles que sus pensamientos negativos son falsos. Lilly Schott, coach de salud de Ovia, explica: «Odiamos ver a nuestros hijos sufriendo o dudando de sí mismos. Pero el positivismo infinito de los padres ignora los sentimientos muy reales de los adolescentes y no les enseña a afrontar problemas de forma independiente».
La próxima vez que tu hijo o hija comparta algo negativo, muestra curiosidad por sus sentimientos en lugar de desmentirlos. Por ejemplo, tu preadolescente dice que en la escuela es menos inteligente que todos los demás. En lugar de responder de inmediato: «¡No lo eres! ¡Eres muy inteligente!», intenta decirle «Eso suena muy difícil. ¿Qué significa inteligencia para ti?». El desarrollo de las habilidades emocionales empieza por aprender a confiar en que tanto tú como tus hijos son capaces de procesar los sentimientos más duros sin necesidad de una solución rápida. Recuerda que esos sentimientos de incompetencia y preocupación son reales para tu adolescente, aunque sea literalmente más inteligente que todos.
Anímales a que practiquen la autoconversación positiva
Todos los niños tienen la capacidad de aprender el diálogo interno positivo. Anímale a practicar frases positivas y a compartir creencias positivas sobre sí mismos. Modelar este comportamiento puede ayudarle a entender cómo convertir una creencia negativa sobre sí mismo en una creencia positiva. Eso puede sonar como decir: «Sentí frustración cuando olvidé que la cena estaba en el horno y se quemó. Sé que todo el mundo comete errores y que la próxima vez lo haré bien», en lugar de «¡Ay no, he vuelto a arruinar la cena! ¡No puedo cocinar!».
Aunque las afirmaciones positivas diarias pueden no parecer naturales al principio, son otra forma excelente de fomentar un diálogo interno saludable. Puedes ayudar a tu preadolescente a dar el primer paso (y demostrarle tu amor) colocando unas cuantas frases de iniciación en el espejo de su baño. Anímale a utilizar tus palabras y las suyas propias al empezar el día. Aunque ningún niño (o adulto) es positivo todo el tiempo, podemos ayudar a nuestros hijos a entrenar su cerebro para manejar los sentimientos negativos y el diálogo interno. Con un poco de práctica, te convertirás en todo un profesional a la hora de ayudar a tus hijos a combatir su diálogo interno negativo y a reforzar su confianza en sí mismos (enlace en inglés).
Revisado por el equipo clínico de Ovia Health
